A 10 años del primer grito de Ni Una Menos: ¿qué hemos logrado y qué falta?

El próximo 3 de junio, Argentina conmemora una década del primer Ni Una Menos, el grito colectivo que surgió en 2015 como respuesta a los femicidios y la impunidad que los rodeaba. La indignación social generó una movilización masiva que hizo historia y permitió avances en legislación, asistencia y concienciación. Sin embargo, el presente plantea un panorama preocupante. Por: Sebastián «Tecla» Farias.

En estos 10 años, la violencia machista sigue cobrándose vidas: 2590 femicidios desde aquella primera marcha (según el informe de Mumalá). Y a pesar de los logros, hoy enfrentamos un Estado que ha abandonado el acompañamiento de este reclamo, cristalizado desde la llegada de Javier Milei a la presidencia. La eliminación de áreas clave, como las Secretarías de Género y programas de asistencia para víctimas, han desarticulado espacios de protección y políticas públicas que eran fundamentales. Esto en primer punto, en segundo, seguirá siendo materia de discusión sobre el correcto direccionamiento e implementación de estrategias de éstas áreas ya en periodos de gobiernos anteriores.

📌2590 Femicidios en 10 años en todo el país
📌2788 Niños se quedaron sin madre
📌440 Victimas habían denunciado
📌190 Femicidas eran de la fuerzas de seguridad

El problema no es solo institucional, sino cultural y sistémico. La violencia de género persiste en hogares, calles, ámbitos laborales y redes sociales. Como bien señala la  escritora, antropóloga y activista feminista argentina Rita Segato: ‘Cuando una mujer dice no, debe ser suficiente’. Sin embargo, en muchos casos, el ‘no’ sigue sin ser respetado, poniendo de manifiesto la raíz estructural de esta problemática.»

Ni Una Menos dejó de ser una consigna y se transformó en un movimiento político y social que generó conciencia en nuevas generaciones. Y como se ha repetido muchas veces: ‘El feminismo no es un ataque a los hombres, sino un grito por justicia‘. Sin embargo, el desmantelamiento de estructuras estatales deja a muchas mujeres en mayor vulnerabilidad, evidenciando que la lucha aún está lejos de terminar.»

Este martes volveremos a marchar, como cada año, recordando a las víctimas y exigiendo acciones urgentes. A 10 años del primer grito, es más necesario que nunca sostener la lucha, porque los derechos conquistados no son irrevocables. Como decía Simone de Beauvoir, ‘la educación es clave para erradicar la violencia sistemática’. Sin políticas de prevención, sin enseñanza en las escuelas y sin una real implementación de perspectiva de género, la violencia seguirá repitiéndose. Es fundamental que Ni Una Menos debe ser más que una demanda: debe ser una realidad.

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