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jueves, marzo 28, 2024
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Abordan la relación entre los datos climáticos y la percepción social

En el marco del proyecto “Resilientes” financiado por Euroclima, el INTA conformó un grupo de trabajo para en el Cordón Hortícola Platense. El objetivo es pensar la adaptación al cambio climático desde una perspectiva integral para que las familias productoras cuenten con herramientas y poder así disminuir su vulnerabilidad.

La periodista canadiense, Naomi Klein, dice que negó el cambio climático, mucho más tiempo del que le gustaría admitir. O miró para otro lado, que es un atenuante de la negación. Lo confiesa en un libro que publicó Editorial Paidós en 2015 y se llama “Esto lo cambia todo”. Ahí explica que aún, cuando la gente no niega el cambio climático, cuando lo mira de verdad, luego es como si inevitablemente se olvidara de él.

El cambio climático es una de las tantas variables de vulnerabilidad que enfrentan las familias del Cordón Hortícola Platense, donde la tenencia de la tierra condiciona la producción y el hábitat. En el marco del Proyecto Resilientes de EUROCLIMA+ y ejecutado por el INTA y el CIPAV de Colombia, cincuenta familias productoras pusieron en común las percepciones que tienen sobre el clima en el Cinturón Verde de La Plata, Florencio Varela y Berazategui en la provincia de Buenos Aires.

“Lo que analizamos en primer lugar es el resultado obtenido en el sitio de intervención del Cordón Hortícola Platense, donde se llevaron a cabo tres talleres de percepción con investigadores del IPAF Región Pampeana y técnicos de la Agencia de Extensión Rural La Plata del INTA, junto a productores familiares de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT); el MTE-Rama Rural y la Asociación 1610” cuentan las especialistas en clima y gestión ambiental, Natalia Gattinoni y Mora Herrera del Instituto de Clima y Agua y de la Estación Experimental AMBA del INTA, respectivamente.

En los talleres se trabajó sobre los impactos principales y secundarios, sobre la capacidad de respuesta y sobre las medidas de adaptación. “Se abordaron intercambios de experiencias y vivencias vinculadas a los eventos climáticos de los últimos 30 años”, explicó Gattinoni.

De acuerdo con la investigadora, “las familias realizaron comentarios sobre los cambios y las adversidades climáticas percibidos, que en general se asociaron a abundantes lluvias, temperaturas más cálidas y ocurrencia de heladas menos intensas, incluso hicieron referencia a los daños causados por los eventos de granizo y fuertes vientos”. Esas percepciones se cruzaron con la información meteorológica, que fue abordada desde dos ejes: los datos históricos (1967-2019) y los datos proyectados para el futuro cercano (2015-2039)”.

“En cuanto a los datos meteorológicos históricos, la estación meteorológica utilizada para el análisis fue el observatorio meteorológico de La Plata, que pertenece al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el periodo 1967-2019”, comentó por su parte Herrera.

Para caracterizar y analizar el comportamiento de los eventos extremos se utilizaron los índices climáticos formulados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y el Equipo de expertos sobre Detección e Índices del Cambio Climático (ETCCDI).

“Estos índices son utilizados a nivel internacional dentro de esta temática de estudio. Así, los datos fueron analizados con el software de acceso libre R y los índices se obtuvieron a partir del paquete RClimdex. Se trabajó con una serie de índices de extremos climáticos, por considerarse pertinentes y representativos de las percepciones presentadas por las familias productoras”, dijeron las especialistas.

Se tuvieron en cuenta los valores de tendencias de dichos parámetros y se utilizaron las proyecciones climáticas para analizar los parámetros climáticos a futuro, provenientes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a partir de la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático. El insumo utilizado fue el Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático – SIMARCC. que es la primera herramienta interactiva que identifica los riesgos derivados del cambio climático para todo el territorio nacional.

Esta plataforma presenta información de la tendencia hacia un aumento o disminución de índices climáticos: temperaturas máximas, medias y mínimas; noches tropicales, días con olas de calor y con heladas, precipitaciones anuales, días secos.

Resultados obtenidos

El estudio arrojó que la mayoría de las percepciones sociales se correspondieron con el signo del índice climático seleccionado. Por ejemplo, la percepción de un aumento de las temperaturas máximas en verano y una correspondencia con la disminución e intensidad de heladas dentro de todo el periodo de análisis.

En el caso de las precipitaciones, se observó que “las familias informaron que experimentaron un aumento de los eventos y los índices relacionados a esta variable meteorológica reflejan esta característica (precipitación anual, intensidad de precipitación y días con lluvia mayor a 25 mm, una tendencia positiva durante el período 1967-2019”, subrayó Herrera.

Si se observa la tendencia estimada, según las proyecciones para el periodo 2015-2039 se tenderá a una disminución en las heladas, con lo cual toda medida de adaptación tomada en este contexto podría ser pertinente para continuar desarrollándose a futuro.

De igual manera con los índices relacionados con las precipitaciones, las proyecciones para el periodo 2015-2039 indican una mayor probabilidad de que las mismas tiendan a un aumento, y lo indicado por las familias según sus experiencias vividas es que observan eventos más intensos y de corta duración.

El cambio climático es una de las tantas variables de vulnerabilidad que enfrentan las familias del Cordón Hortícola Platense, donde la tenencia de la tierra condiciona la producción y el hábitat.

Las medidas de adaptación acordadas con los productores tienen tres metas: que las familias cuenten con un análisis participativo de su estado de vulnerabilidad frente a los distintos eventos climáticos; que co-diseñen e implementen innovaciones tecnológicas y organizacionales para el manejo de la diversidad, del agua y del balance de carbono; y que una vez implementadas las innovaciones tecnológicas de organización y adaptación, implementen un sistema para su monitoreo y evaluación.

Para el caso del área de La Plata, las medidas de adaptación fueron eficaces en relación a maximizar la captación y cosecha de agua de lluvia en función del uso eficiente para los agroecosistemas y cultivos del territorio. En este momento se instalan reservorios de agua en las familias y   organizaciones involucradas en el proyecto.

Las medidas de adaptación más representativas que se implementaron el territorio de La Plata, Florencio Varela y Poblet, tienen correlación directa tanto con los datos históricos analizados a partir de los índices climáticos, como también se correlacionan con las proyecciones climáticas para el futuro cercano.

En relación al procesamiento y análisis de las medidas adoptadas, se concluyó que un 53,8 % aportan a la reducción de la sensibilidad del sistema frente al cambio climático, y un 53.8% contribuyen al incremento de la capacidad adaptativa del sistema.

Las percepciones de los cambios en las temperaturas y las precipitaciones se correspondieron con la información meteorológica del área de estudio. Los índices empleados resultaron ser una buena herramienta al momento de mostrar e interpretar la información agroclimática.

Las infraestructuras de invernaderos, canaletas, zanjeos y edilicias, los microtúneles para cultivos bajos y las cortinas rompevientos constituyen un conjunto de medidas de adaptación recomendadas por su aplicabilidad y representatividad en las tres áreas de estudio y por su correspondencia con las proyecciones climáticas vinculadas a incrementos de precipitaciones y tormentas fuertes y más impredecibles; y el aumento de las temperaturas máximas, mínimas y medias.

Escalar la sistematización

La intensificación de la producción hortícola, que implica obtención de altos rendimientos por unidad, en plazos cortos para cubrir costos fijos con alta dependencia externa, gasto energético, alto costo logístico e impactos negativos en las condiciones de vida de los productores y en el uso de bienes comunes como la tierra y el agua.

La investigadora Edurne Battista es responsable del área de Intervención del Proyecto Resilientes de EUROCLIMA+ que se ejecuta en La Plata expresó: “es importante destacar que el cambio climático viene a intensificar los problemas derivados de un paquete tecnológico en el cinturón hortícola, con el uso extendido del invernáculo”.

En ese sentido, indicó que “se trata de problemas complejos y multicausales, por eso es importante pensar la adaptación al cambio climático desde una perspectiva integral con el objetivo de que las familias cuenten con herramientas para hacer frente a estas situaciones y disminuyan su vulnerabilidad”. Esto se logra no solamente con acciones directas sobre los predios (por ejemplo, con reforzar los invernáculos) sino también con el fomento a las prácticas agroecológicas las alternativas de comercialización que brinden mayor autonomía a las familias hortícolas.

Siguiendo a la investigadora, “el cambio climático intensifica los problemas derivados del paquete tecnológico, no provoca los problemas per se. Es un factor más que, en el caso del cordón hortícola, cristaliza los inconvenientes que plantea el modelo tecnológico del invernáculo y la problemática de acceso a la tierra”. Y agregó: “Se verifica que, si no existe un plan local de adaptación con los municipios, son medidas difíciles de implementar y escalar, porque el cambio climático es una de las tantas variables de vulnerabilidad que enfrentan las familias del cordón hortícola, donde la tenencia de la tierra condiciona la producción y el hábitat”.

El proyecto Producción resiliente de alimentos en sistemas hortícolas-ganaderos de la agricultura familiar en regiones climáticamente vulnerables de Argentina y Colombia, es ejecutado por el INTA (Argentina) y el CIPAV (Colombia) y  financiado por la Unión Europea a través del programa EUROCLIMA+.

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