En esta columna de opinión, el titular del Partido Socialista de Lomas de Zamora, Martín Canay, se refiere a la importancia de legislar en forma regular y de cara a la vecindad.
En los últimos días, tras el pedido formal de Jorge Villalba, respecto a que se convoque a sesión del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, se reanudó la polémica por la inacción que este cuerpo viene teniendo y que no hace otra cosa que acentuarse con el paso del tiempo.

La gestión cambia, algunos funcionarios se renuevan, pero las prácticas siguen, mejor dicho, empeoran.
Mientras que los Concejos de la zona hacen transmisiones en vivo y van promediando la séptima sesión ordinaria del año, en Lomas de Zamora hace tiempo perdimos las transmisiones y la actividad deliberante fue menguando, hasta llegar a dos sesiones en medio año.
Lo que empezó como una necesidad de campaña, manifestado por el oficialismo, se fue trasformando en una regla y los vecinos nos fuimos quedando sin una representación de las minorías en el ámbito municipal.
La explicación más repetida, es que el Concejal también debe caminar las calles y no solo estar en la oficina o en el recinto, cosa que tiene sentido, si ese caminar se traduce en proyectos de ordenanzas para transformar la vida de los vecinos; pero, si en medio año se sesionó solamente dos veces, uno puede inducir que se caminó poco, o bien, que los concejales oficialistas resuelven las necesidades de los vecinos vía ejecutivo, dejando sin herramientas institucionales a quienes no tienen línea directa con el Intendente.
Es imperioso que las instituciones vuelvan a funcionar, que la política vuelva a dialogar y que haya una convocatoria a las organizaciones políticas y no políticas de la sociedad civil, para afrontar el difícil momento que estamos atravesando y los años que vienen por delante.
Es muy bueno y necesario el contacto directo que se está dando entre los vecinos y el Ejecutivo, pero en un Municipio con las particularidades demográficas que tiene Lomas de Zamora, se hace simplemente inabarcable; eso se debe complementar con el concejo en pleno, que representa la voluntad electoral de todos los vecinos del Municipio y con las instituciones intermedias.
Ante un clima de época como el que estamos atravesando, en el que se devalúa el rol del Estado y de la Política, debemos responder, con más Estado y más Política.
Hay muchos proyectos de ordenanza esperando ser tratados, algunos incluso se han debatido de cara a la sociedad, como es el caso del proyecto de seguridad de la UCR y no pueden seguir acumulándose en los cajones.
Hagamos que Lomas de Zamora sea un ejemplo de gestión e institucionalidad, demostremos que un Estado presente puede ser eficiente y transformador, defendamos el sentido de la democracia y la participación y empecemos a hacerlo abriendo el debate en el Concejo Deliberante, con sesiones quincenales, transmitidas en vivo, con una banca del vecino accesible, es decir, acercando la comunidad a la participación y a la vida política.