Revuelo por un video muestra a un empleado de seguridad tomándole datos a un presunto paciente, que nunca se observa. Se habla de un fenómeno paranormal pero también de un posible chiste del efectivo.
A las tres de la mañana del sábado pasado, en el Sanatorio Finochietto de la Ciudad de Buenos Aires, un empleado de seguridad que se encuentra en el recepción de la clínica, se para con su anotador, con claros gestos de recibir a alguien, retira la faja de seguridad y se dispone a tomarle los datos a una supuesta persona que ingresa al nosocomio.
La puerta automática, también se abre. El hombre, lejos de intimidarse, reacciona con seguridad y comienza a anotar en su planilla los datos de la presunta persona. Inclusive, vuelve a retirar la cinta para que alguien pase hacia el interior del lugar.
Lo cierto es que las autoridades del Finochietto no descartan ninguna hipótesis. Primero, no saben quien tomó las imágenes de las cámaras de seguridad. Es un celular particular que tomó las imágenes del centro de monitoreo del sanatorio. Segundo, y así lo aseguran fuentes del propio hospital, la puerta de ingreso suele andar mal. Por último, no descartan la hipótesis más sencilla de todas: que sea una broma que el empleado esté haciendo, con la complicidad de algún colega suyo.
Según confirma el doctor Guillermo Capuya, médico responsable del área institucional de relaciones pública de la institución, «en el video se observa que la puerta se abrió varias veces antes y el empleado no realizó ninguna acción», además de que no se registró ningún ingreso certificado de paciente ni por Avenida Córdoba ni por la guardia del establecimiento.
Una primera versión indicaba que, tras ser consultado, el empleado que se observa en el video había anotado el apellido de una paciente que había muerto el día anterior en ese mismo sanatorio.