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sábado, julio 27, 2024
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Memoria: La tarde que Temperley jugó contra el Trinche

Fue victoria 2 a 1 en cancha de Huracán en el reducido de 1974, ese año del ascenso del “tren que fue a Junín”. Tomás Felipe Carlovich, mítico jugador de Central Córdoba de Rosario y malabarista del fútbol nos dejó, el 8 de mayo de 2020, luego de un asalto que sufrió unos días antes. Por el periodista, historiador, investigador y escritor, Federico Gastón Guerra.

Le pido prestado a Carlos Algeri unas líneas de su “La Bandera del Campeón”: “Era un consumado artista (…). Cuán infelices me parecen hoy aquellos que, en su momento, no pudieron disfrutar de las sinfonías que el Maestro interpretaba en cualquier cancha”. Él lo escribió por Alejo Escos pero yo las tomo para homenajear a un equilibrista del fútbol que falleció luego de un asalto en la ciudad de Rosario, paradójicamente su casa de siempre donde jugó para su Central Córdoba de esa ciudad y dejó girones de su talento único en algunos otros clubes chacareros y del ascenso y un brevísimo paso por Rosario Central y Colón. En tanto trotar canchas tuvo su enfrentamiento con Temperley en 1974 en el estadio de Huracán por el reducido de 1974 que llevó al Celeste a Primera luego de la hazaña de Junín.

“Carlovich falleció a los 74 años en Rosario mientras era operado en el Hospital de Emergencias Clemente Älvarez a raíz de las lesiones sufridas hace dos días cuando lo asaltaron para robarle su bicicleta”, leí en el cable de la Agencia de Noticias Télam. Prefiero no hacer caso a mí tristeza como admirador del fútbol y hurgar entre papeles alguna pincelada de este crack invisible para muchos y mezclarlo con mi pasión Gasolera como un homenaje minúsculo a ese mayúsculo trapecista del fútbol.

Aquel partido con el Trinche en Parque Patricios fue 2 a 1 a favor del Celeste con goles de Magalhaes y Corbalán (penal) para los nuestros y Manfredi para El Charrúa. Se jugó en la cancha del Globo el 8 de noviembre 1974 en la ronda final de aquella vieja y querida Primera B. “Fue un dramático partido”, escribió Marcelo Ventieri.

El dato que se destaca es que esa tarde el crack rosarino enfrentó a Alejo Escos: «(…) Ese malabarista del fútbol, más cercano a la genialidad de Stan Laurel o Pepe Biondi, que a la vulgar habilidad terrenal de Pelé o Cruyff. Alejo era mucho más que un extraordinario jugador de fútbol: transmitía esa alegría reservada sólo para los elegidos (…)» en la exquisita definición de Algeri.

En Hasta Mis Cenizas serán Celestes de Daniel Remolina se lee que aquel Temperley de Iturrieta formó con: Hernandorena; Di Bastiano, Salvador, Panizzo, Agostinelli, Magalhaes, Escos, Biondi, Corbalán, Patti y Fiero.

El Charrúa tenía como base de aquel plantel a: Cappellari, May, Scoppa, Cassinerio, Piombino, Di Benedetto, Carlovich, Manfredi, Sullivan, Forgués y Ampoli. Un duro rival.

Doble caño
Claro que nunca lo vi jugar a Carlovich pero mí espíritu de buscar en los recuerdos de este deporte me llevaron a dar con su nombre y su leyenda. Esa que dice que su marca era hacerle un caño de ida y otro de vuelta al rival (doble caño), que deslumbró en 1974 jugando en un combinado de Rosario frente a la selección nacional y siendo él el único jugador que no era de Newell´s ni de Rosario Central, que no era muy apegado a los fatigosos entrenamientos… No hay registro fílmico del juego (salvo unos segundos dentro de la película nacional “Se acabó el curro”) de este acróbata alto y elegante en su andar futbolero.

“Mí virtud, que a lo mejor tuve sobre otro jugador, era que medio segundo antes ya sabía el destino de la pelota, donde le iba a dar yo. Antes de recibir la pelota ya sabía dónde la tenía que tocar”, dijo con modestia en un documental sobre su vida.

Los más grandes lo describieron con todo elogio. Y el más grande afirmó hace muy poquito: «Este jugaba mejor que yo». Sí, Diego Armando Maradona.

El trinche seguirá con nosotros en cada bocanada de recuerdo… Como en la última tarde de diciembre de 2019 cuando con un grupo de aquellos muchachos fuimos junto al Departamento de Historia y Museo del Club Temperley a revivir aquella hazaña hasta Junín y entre el mate del viaje nuestros jugadores recordaron a aquel futbolista que llevaba la redonda atada a su pies y no dejaban de elogiarlo.

Jugó en Rosario Central, Flandria, Central Córdoba, Independiente Rivadavia de Mendoza, Colón de Santa Fe, Deportivo Maipú, Andes Talleres Sport Club(Liga Mendocina de Fútbol), Club Atlético Newell´s Old Boys (Cañada de Gómez). “Rechazó ofertas para irse a clubes de Buenos Aires y hasta del exterior, desechando la tentación de cifras millonarias”, se lee en la página oficial de Central Córdoba de Rosario ese club que para él “fue como jugar en el Real Madrid».

Hoy me gustaría ser como el Trinche para gambetear como él esta lágrima que corre por mi mejilla y roza el teclado en el recuerdo. Porque como contaba Carlovich: “Por ahí viene un pibe que nunca te vio jugar, porque ni siquiera hay videos, y te dice que sos su ídolo porque andá a saber lo que le contó el padre o el tío”. Y yo soy de esos…

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