
92 años de historia de un espacio que, desde 1933, sigue siendo centro de encuentros vecinales.
Por: Federico Gastón Guerra
El 4 de noviembre de 1933, la Plaza de Turdera pasó a llamarse General José de San Martín, según la ordenanza 1177, dejando atrás su nombre original de Cristóbal Colón, designación de los fundadores. Ubicada entre las calles Suipacha, Zapiola, Agüero y Padre Bruno, esta plaza se convirtió en un símbolo de identidad y memoria para los vecinos de Turdera, tal como lo recuerda el Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora.
La historia de esta plaza se entrelaza con la historia misma de Villa Turdera, nacida el 30 de enero de 1910. En aquella fecha, a 20 kilómetros de Buenos Aires, la pequeña villa celebró su fundación con una ceremonia multitudinaria que el diario LA UNIÓN describió así en su edición del 1 de febrero de 1910: “Los coches eran insuficientes, tal era la afluencia de personas que llegaban ansiosas de participar de ese grato acontecimiento en aquellos silenciosos parajes”.
Pocos años después, en 1913, los vecinos contaban ya con el Teatro Colón, inaugurado para ofrecer espectáculos culturales sin tener que trasladarse a otras localidades. Ese mismo año, Riziero Pretti solicitó a la municipalidad de Lomas de Zamora permiso para realizar una romería en la plaza pública, una iniciativa que ofrecía un porcentaje de los beneficios para el Hospital Municipal. Como recuerda la sección “50 años atrás” del diario local LA UNION en 1963: “El Sr. Riziero Pretti solicita permiso a la municipalidad local para instalar una romería popular en la plaza de Villa Turdera”.
Una de las facetas menos conocidas de la plaza ocurrió cuando los vecinos reclamaban la presencia de animales sueltos en el predio, lo que llevó en un momento a que se alambrara parcialmente el espacio público para contener la situación. Como señala el artículo que escribimos oportunamente para Data Conurbano “Turdera: testigo de un hecho insólito cuando alambraron la plaza pública”, esta intervención temporal reflejó la tensión, de aquellos tiempos, entre la función de la plaza como espacio recreativo y los problemas urbanos que comenzaron a marcar el día a día de la localidad.
La plaza, que en sus primeros años fue testigo de festividades y encuentros vecinales, se consolidó como espacio de recreación, identidad y memoria. Décadas más tarde, fue escenario de eventos inusuales como la nevada histórica del 9 de julio de 2007, cuando los vecinos de Turdera vieron sus calles y veredas cubiertas de blanco por primera vez en casi un siglo: “El espectáculo conmueve y se hace cuento de invierno europeo. Por un día, vivir en Turdera pasó a ser un sueño del que no nos gustaría despertar”, escribí en una crónica por la nevada.
Hoy, al cumplirse 92 años de su bautismo como Plaza General José de San Martín, este espacio sigue siendo corazón del barrio. Su historia refleja la transformación de Turdera desde un paraje silencioso a una comunidad activa, con su teatro, sus romerías y sus memorias compartidas. Cada banco, cada árbol y cada sendero remite a un siglo de historias, desde los festejos fundacionales de 1910 hasta los encuentros contemporáneos de sus vecinos.
Recordar este aniversario es también valorar los espacios públicos, testigos de la historia local y centros de convivencia. La Plaza General José de San Martín sigue siendo un emblema de Turdera, donde pasado y presente se encuentran, y donde los vecinos continúan escribiendo capítulos de su propia historia.




























