Las últimas pericias confirmaron que Micaela Andrea Lator asesinó de un disparo a su hijo de seis años, quien padecía autismo, y luego se quitó la vida en una vivienda de Florencio Varela.
Este resultado desestima las sospechas sobre Fernando Cuello, esposo de la mujer y padre del niño, quien había sido señalado como posible responsable del doble crimen.
Según confirmaron los investigadores, el menor sobrevivió unas tres horas tras el disparo, un dato que inicialmente generó incertidumbre y llevó a enfocar las pesquisas en Cuello. Además, se determinó que Lator tenía dos disparos (uno en la cabeza y otro en el tórax), aunque el informe policial inicial indicaba solo uno.
Otro elemento clave en la investigación fue el hallazgo de dos cartas escritas por la mujer, donde explicaba los motivos de su decisión. En una de ellas, se preguntaba: «¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté?».
Las pericias también corroboraron que no hubo participación de terceras personas, ni signos de violencia en la puerta del domicilio, ni faltante de objetos de valor. Se secuestraron dos armas y se realizaron los dermotests correspondientes, incluido el de Fernando Cuello, para descartar su implicación.
Cuello quedó en el foco de la investigación luego de que los expertos determinaran una diferencia de tres horas entre la muerte de Micaela y la de su hijo, lo que no coincidía con su versión inicial. En su declaración, afirmó que había encontrado los cuerpos al regresar de su trabajo el viernes por la tarde y que, tras el hallazgo, llamó al SAME, cuyos profesionales constataron los fallecimientos.
Además, la fiscalía ordenó el secuestro de sus prendas y su teléfono celular, como parte del procedimiento investigativo.
Allegados de la familia confirmaron que Micaela sufría depresión, agravada por el desafío de criar a un hijo con autismo, un trastorno que afecta la interacción social y la comunicación.
