
Hoy, Latinoamérica despide a José «Pepe» Mujica, exmandatario uruguayo, quien falleció a los 89 años tras batallar contra un cáncer de esófago. Mujica no solo gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, sino que se convirtió en un símbolo de austeridad, coherencia y compromiso social. Por: Sebastián «Tecla» Farias.
Su vida estuvo marcada por la militancia, la resistencia y la política. Como líder del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, sufrió años de prisión bajo la dictadura. Pero lejos de convertirse en un político resentido, emergió como un hombre de diálogo, que priorizó siempre la paz y la reconciliación.
#QEPD Adiós a un ícono de Latinoamérica. José «Pepe» Mujica, expresidente de Uruguay, falleció a los 89 años tras luchar contra un cáncer de esófago. Su legado de humildad, lucha y compromiso social quedará en la memoria de toda la región. pic.twitter.com/jVbcfdYQND
— DataConurbano / NET (@DataConurbano) May 13, 2025
Durante su gestión como presidente, promovió políticas progresistas, como la legalización del matrimonio igualitario, el aborto y la marihuana, logrando avances sociales que resonaron en toda la región. Pero más allá de sus medidas, Mujica será recordado por su modestia genuina: rechazó los lujos del poder, prefirió vivir en su chacra y donó gran parte de su salario.
El legado de un líder diferente
Más que un político, Mujica fue una voz ética en tiempos de desencanto. En un continente golpeado por la corrupción y la desigualdad, su figura representó la esperanza de que la política puede ser honesta. Su mensaje trascendió fronteras y generaciones, con discursos que invitaban a la simplicidad, el compromiso social y el amor por la vida.
Hoy, con su partida, Latinoamérica pierde a uno de sus líderes más auténticos. Su pensamiento seguirá vigente en cada rincón del continente, recordándonos que la grandeza no está en el poder, sino en la esencia de los actos.
Descansa en paz, Pepe. Tu legado quedará grabado en la memoria de todos.