Fernando Gray: el divisor de votos que torció el tablero bonaerense

Las elecciones legislativas de 2025 dejaron una postal inesperada en la provincia de Buenos Aires. Mientras La Libertad Avanza (LLA) se imponía por apenas 48.000 votos sobre Fuerza Patria (FP), un actor periférico pero decisivo emergía en el centro del conflicto: Fernando Gray.

Por: Sebastián «Tecla» Farias

Gray, intendente de Esteban Echeverría desde hace casi 18 años, decidió competir con una diputación nacional por fuera del armado oficialista en octubre con la alianza Unión Federal como herramienta electoral. Ayer domingo, su lista cosechó 78.125 votos en toda la Provincia (0,89 %), de los cuales 34.269 (21,09 %) fueron en Esteban Echeverría, donde quedó tercero, detrás de LLA (58.655 votos) y FP (45.114), provocando la pérdida del distrito para el peronismo.

La jugada de Gray no fue aislada. En el mismo espectro electoral se ubicaron Florencio Randazzo (2,4%) con Provincias Unidas, Fernando Burlando de Propuesta Federal (2,8%), Santiago Cúneo (1,3%) Partido Nuevo Buenos Aires, y Proyecto Sur de Ricardo Alfonsín (0,6%). Agregando al propio Gray, en conjunto, estas fuerzas sumaron cerca de 8 puntos, suficientes para alterar el equilibrio de fuerzas en varios distritos clave.

Pero fue Gray quien concentró las críticas. No solo por haber dividido lo que se denomina el voto útil, sino por haber armado una nómina que, leen muchos, terminó favoreciendo a LLA en su territorio, teniendo en cuenta que la sumatoria del peronismo local daba por resultado un aplastante 48.86%.

En redes sociales, se lo acusó a Gray de dedicarse a “hacer daño electoral” y de “pasarle factura” a La Cámpora y a Máximo Kirchner, con quien mantiene una disputa interna desde hace años.

La bronca de Gray no es nueva y se mantiene extendida entre intendentes del conurbano, molestos por no haber sido incluidos representaciones propias en las listas de FP (ver “¡Los intendentes somos los que tenemos los votos!”: Granados tras la elección y una advertencia a la dirigencia peronista nacional). Mientras algunos se replegaron, otros como Gray decidieron jugar (muy jugado) por afuera. El resultado fue claro: el fracaso de la estrategia oficialista de cerrar filas sin contemplar los liderazgos territoriales, la fuerte presencia de la lapicera de Máximo, CFK y Juan Grabois.

En este escenario, el 1% que le faltó a FP para ganar la Provincia parecería tener nombre y apellido si hablamos de peronismo. Gray no entró como diputado nacional, pero su impacto fue mucho más profundo: desarmó el mapa electoral, podría haber resignificado el voto bronca y dejó al peronismo bonaerense (CFK – Kicillof) frente a un espejo incómodo. ¿Fue traición, autonomía o ajuste de cuentas?

Ahora queda una incógnita abierta: el peronismo de Esteban Echeverría tiene mucho que discutir. En diciembre deberían renovarse los mandatos partidarios, y Gray sostiene la presidencia del PJ local mientras varias voces del espectro justicialista reclaman renovación y el resultado electoral de ayer es entendido por muchos como motorizador de plantar bandera pejotista.

En ese escenario emergen figuras y presencias que tensionan el tablero: el camporista Horacio Pietragalla, el massista Walter Martello, el axelista Pablo Montserrat, y los universitarios Diego Molea, Sergio Medviginer y Alejandro Cruz, entre otros. La disputa ya no es solo electoral.

La pregunta que sobrevuela es si Gray buscará retener el control del PJ local, abrirá un espacio de diálogo con los sectores que lo cuestionan, o simplemente esperará que el desgaste interno lo favorezca. Por ahora, no hay señales claras de convocatoria ni de retiro. Lo que sí hay es una situación que podría convertirse en disputa a cielo abierto.

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