
Javier Milei eligió Ezeiza para cerrar su campaña bonaerense. No es casualidad. Es el mismo distrito donde en 2023 protagonizó su último acto antes del balotaje presidencial. Entonces hubo disturbios, tensión con el peronismo local y una escena que quedó marcada en la memoria política. Hoy, el presidente vuelve al mismo lugar, con la misma apuesta, pero en otro contexto: con el peronismo 14 puntos arriba en las legislativas de septiembre y una provincia que le sigue siendo esquiva.
El acto está previsto para el miércoles 22 de octubre, en un predio aún no confirmado, pero con conversaciones abiertas entre Casa Militar y el municipio que gobierna Gastón Granados y coordinado por las «águilas libertarias» Nicolás Lemos y Pablo López. La elección del territorio no es menor: Ezeiza es bastión peronista, con fuerte presencia sindical, comercial y barrial. Y Milei llega con su lista completa, encabezada por Diego Santilli y Karina Celia Vázquez, buscando achicar la brecha con el kirchnerismo.
¿Cábala o estrategia?
Desde el entorno libertario hablan de “bilardismo político”: repetir lo que funcionó, aunque sea simbólicamente. Pero también hay una lectura territorial. El cierre en Ezeiza busca interpelar al votante desencantado, al que “aguanta” desde la microeconomía mientras espera que los dólares del Tesoro norteamericano se traduzcan en alivio real. Es un mensaje directo a los márgenes del conurbano, donde la frustración convive con la necesidad.
Santilli lo dijo sin rodeos:
“El objetivo es achicar a un dígito la diferencia con el kirchnerismo en Buenos Aires.”
Y en ese marco, el acto se vuelve más que una puesta en escena. Es una señal de que La Libertad Avanza no se retira del territorio, aunque los números no acompañen. Es también una provocación: cerrar campaña en tierra peronista, con Las Fuerzas del Cielo como estandarte y el crucifijo en la boca, como si el milagro fuera posible.
¿Qué se juega en Ezeiza?
• La capacidad de Milei de recuperar votos en el conurbano.
• La legitimidad de Santilli como cabeza de lista sin boleta con su imagen.
• La narrativa libertaria frente a la territorialidad peronista.
• Y, quizás, la última cábala antes de enfrentar las urnas.




























