Doble femicidio: otro crimen que desnuda la crisis de representación

El doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio en Córdoba no es solo un crimen aberrante. Es una radiografía brutal de lo que pasa cuando las instituciones pierden el sentido de representar, proteger y escuchar. Es el espejo roto de un país donde el “yo” se impuso al “nosotros”, y donde la burocracia se volvió más rápida para justificar que para prevenir. Por: Sebastián «Tecla» Farias.

Luna había pedido ayuda. Lo hizo por mensaje, por redes, por voz. “Cualquier cosa que se vea, por favor avísame o a la Policía”, escribió semanas antes del crimen. Pero nadie llegó a tiempo. Su agresor, Pablo Laurta, tenía una restricción que venció el día anterior. Y al día siguiente, mató.

¿Qué nos dice esto?

Que el sistema de protección no falla por falta de leyes, sino por falta de voluntad. Que las alertas no se escuchan porque quienes deben responder están más preocupados por sostener estructuras que por cuidar vidas. Que hay una crisis moral en la dirigencia: gremial, política, judicial, empresarial. Una crisis de representación real.

Como escribió el psicoanalista Oscar Sotolano:

“La representación remite al referente. Si lo que dice proviene de un partido político, la argumentación no merecerá ser escuchada. El referente carece de prestigio.”

El caso de Laurta no termina en el femicidio. También está acusado de secuestrar a su hijo, de desaparecer al remisero que lo trasladó, y de incendiar una iglesia donde murieron dos niñas. Según trascendió, el acusado era militante libertario y participaba en espacios vinculados al oficialismo nacional. No es el dato central, pero sí parte del contexto que interroga sobre discursos, entornos y legitimidades.

No es solo institucional. Es simbólico.

Porque cada vez que una víctima pide ayuda y no es escuchada, se erosiona la legitimidad del Estado. Porque cada vez que una Cámara discute cómo sostener sus ingresos y no cómo proteger a sus representados, se vacía el sentido de la representación. Porque cada vez que un dirigente firma un aumento sin vivir lo que vive el que paga, se rompe el pacto social.

Martin Luther King lo dijo con claridad:

“Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto.”

¿Qué queda?

Queda el dolor. Queda la indignación. Queda la necesidad urgente de reconstruir desde abajo. Desde quienes trabajan, producen, estudian, cuidan. Desde quienes no tienen título pero sí calle. Desde quienes no tienen poder pero sí propósito.

Porque si no recuperamos el “nosotros”, ninguna institución, por más nombre que tenga, va a tener alma.

En lo que va de 2025, ya se registraron más de 200 femicidios en Argentina.
• El 63% ocurrieron en la vivienda de la víctima o del agresor.
• El 59% fueron cometidos por parejas o exparejas.
• Más de 160 niños y niñas quedaron sin madre.
• Y cada caso, como el de Luna y Mariel, no solo duele: interpela.

Línea 144

• Atención las 24 horas, todos los días del año.
• Brinda asesoramiento, contención y derivación ante situaciones de violencia por motivos de género.
• Disponible en todo el país.

También podés acudir a

Centros de atención locales
• Comisarías de la Mujer, fiscalías, juzgados o áreas de género municipales.
• En Provincia de Buenos Aires, existe el programa “Comunidades sin Violencias” que articula con municipios y organizaciones.

Otras vías útiles

• WhatsApp 144: disponible en algunos distritos.
• App “144” para celulares, con acceso rápido a recursos y contactos.

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