
Un parlante vibrando a viva voz. Un sonido que se hace música de repente. Una tarde de verano de sol hervido y calma en la calle. Un niño que es uno con esa radio naranja de dial circular. La oreja pegada a la almohada que se une a ese receptor mínimo de tecnología de época.
#CULTURA 27 de agosto, Día de la radio: Sueños en el aire https://t.co/ZaZYqWTKxl pic.twitter.com/e0wklRJamz
— DataConurbano / NET (@DataConurbano) August 27, 2025
Mi abuela me regaló esa maravilla. La conservé durante años para oírlo todo. Esa cajita de música y palabras, como Aleph de cuento de Borges, me trajo todo lo que estaba afuera. Como un caracol de playa que al acercarlo nos replica el mar y toda su superficie. Hoy cada vez que la luz roja se enciende en el estudio de la emisora siento que todos esos momentos me acompañan. Decidí ser periodista, seguro, en ese regalo que trazó mi vocación. No es solo mi voz la que trasciende desde el micrófono y llena el éter. Es, además, la certeza que mi abuela Nélida me sigue oyendo desde donde esté. Y ahí van mis sueños en el aire… para encontrarla y volverla a abrazar.
——–
Este texto, de Federico Gastón Guerra, obtuvo en los Premios Julio Cortázar de Lomas de Zamora, Mención de Honor del jurado. Voz del video, Quique Pesoa.