
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) emitió una dura advertencia sobre la situación que atraviesa el sector, calificándolo como uno de los momentos más críticos de los últimos años. El panorama se define por una fuerte y sostenida caída en el consumo interno y un mercado desbordado por un aluvión de importaciones, poniendo en riesgo la continuidad de numerosas Pymes que sostienen el empleo y la producción local, especialmente en el Conurbano bonaerense.
Consumo interno en retroceso
La CAIJ confirma que la actividad comercial no encuentra piso, a pesar de los esfuerzos del sector:
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Las jugueterías de cercanía y las grandes cadenas registran una baja sostenida en el consumo, sin vislumbrar señales de recuperación para el corto plazo.
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Si bien el comercio online ha crecido, apenas representa el 25% del total de ventas, resultando insuficiente para compensar la masiva caída en los canales de venta tradicionales.
Importaciones récord: competencia asfixiante
La principal causa de la presión sobre el sector nacional es la apertura comercial y el ingreso masivo de productos importados, que ha alcanzado cifras históricas:
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Entre enero y octubre de 2025, ingresaron al país US$91,3 millones en juguetes, lo que equivale a 17,5 millones de kilos.
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Este volumen implica un aumento interanual del 59,5% en valor y un alarmante 94% en volumen de productos.
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Esta avalancha genera una competencia de precios imposible de enfrentar para las fábricas nacionales.
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A las importaciones legales se suma la competencia desleal del contrabando y las compras no reguladas (puerta a puerta), que erosionan aún más los márgenes de las pymes locales.
El grito de auxilio de las Pymes
Las fábricas y talleres locales, muchas de ellas pymes familiares con décadas de trayectoria, advierten que la continuidad de sus proyectos productivos está seriamente amenazada.
El presidente de la CAIJ, Matías Furió, fue enfático en su reclamo al señalar que “la reducción de aranceles no garantiza precios más bajos ni mejora en las ventas”. El sector exige al gobierno la urgente implementación de políticas de protección que equilibren la balanza para la industria nacional.
Más allá de los fríos números, la crisis pone en juego la identidad productiva de la región. El juguete es un rubro de alto valor cultural y empleo intensivo en el Conurbano. La CAIJ subraya que cada cierre de una pyme no es solo una quiebra económica, sino la pérdida irreparable de puestos de trabajo y de una historia que motoriza el tejido social y productivo de la región.

































