
En el barrio Entubado de San José, Temperley, un vecino, harto del ruido de una moto, esperó a dos adolescentes en la vereda y les disparó con una escopeta. Uno de ellos, de 18 años, lucha por su vida con el rostro destrozado. El otro, de 14, recibió un balazo en la pierna.
El agresor está prófugo. Los vecinos, lejos de la indiferencia, reaccionaron con furia: lo acusan de vender drogas y, tras el ataque, saquearon e intentaron prender fuego su vivienda. La policía llegó tarde y recibió piedrazos. Un comisario terminó con una herida en la cabeza. La calma volvió recién cuando se dispararon balas de estruendo.
#POLICIALES Temperley: disparos, dos chicos heridos, y un barrio que estalla https://t.co/NaS30KZXaT pic.twitter.com/qEmhKEc4N8
— DataConurbano / NET (@DataConurbano) September 18, 2025
La escena, ocurrida en la esquina de Vespucio y Capitán Rojas, no es solo policial: es un síntoma. Un barrio que se defiende como puede, una justicia que llega después, y una violencia que ya no distingue entre víctima, agresor o autoridad.
La causa quedó en manos de la UFI 6 de Lomas de Zamora, bajo la órbita del fiscal Eusebio Vaqueiro. Mientras tanto, en el Hospital Gandulfo, un joven pelea por seguir siendo parte de una comunidad que, entre el miedo y la bronca, exige respuestas.


























