Protesta de trapitos frente a la Municipalidad de Quilmes: reclaman poder trabajar

Un grupo de cuidacoches, conocidos popularmente como “trapitos”, se manifestó este viernes frente a la Municipalidad de Quilmes para exigir que se les permita continuar con su actividad en la vía pública. La protesta se concentró en la Plaza San Martín y reunió a decenas de trabajadores que aseguran que la decisión del municipio de impedirles trabajar afecta directamente a sus familias.

El conflicto

• Desde hace una semana, la Secretaría de Seguridad dispuso que la Policía local impida la presencia de cuidacoches en el centro de Quilmes.
• Los trabajadores denuncian hostigamiento y sostienen que su labor, aunque informal, constituye la única fuente de ingresos para unas 30 familias.
• “No somos delincuentes, queremos trabajar”, fue la consigna más repetida durante la movilización.

En el ojo de la tormenta

La actividad de los trapitos está hoy bajo presión por partida doble:
• Reclamo vecinal: residentes del centro de Quilmes denuncian hechos de inseguridad y situaciones de “apriete” vinculadas a algunos cuidacoches.
• Avance político: desde la oposición, dirigentes de La Libertad Avanza anunciaron que impulsarán proyectos para limitar y eliminar la actividad en Quilmes, Lanús y Lomas de Zamora, buscando replicar medidas de ordenamiento urbano en distintos distritos del conurbano.

Voces de la protesta

Los manifestantes remarcaron que su tarea no es ilegal y que, en muchos casos, funciona como un servicio comunitario. “Nos paran como si fuéramos criminales, pero lo único que hacemos es cuidar autos. Si nos sacan esto, ¿qué hacemos para comer?”, expresó uno de los voceros.

La postura oficial

El municipio argumenta que la medida busca ordenar el espacio público y evitar situaciones de presión o cobro indebido a los automovilistas. Sin embargo, hasta el momento no se ofrecieron alternativas laborales ni programas de inclusión para quienes dependen de esta actividad.

Contexto territorial

La protesta refleja un dilema recurrente en el conurbano bonaerense: la tensión entre la regulación estatal y la subsistencia de sectores informales. En Quilmes, como en otros distritos, el debate sobre el uso del espacio público y la legitimidad de ciertos trabajos se vuelve un tema de fuerte carga simbólica y comunitaria.

Lo que viene

Los cuidacoches adelantaron que, si no hay respuesta oficial, las movilizaciones podrían repetirse en los próximos días. La situación abre un interrogante sobre cómo equilibrar la necesidad de orden urbano con la realidad económica de quienes dependen de la informalidad para sobrevivir, en un escenario donde la presión vecinal y la agenda política prometen mantener el tema en el centro del debate.

Portada: La Mirada de Quilmes Oeste

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