
Cuando el silbato de la locomotora sonó en Lomas por primera vez, nada volvió a ser igual. El viaje histórico del Ferrocarril Sud que transformó el sur. Por: Federico Gastón Guerra.
El 14 de agosto de 1865, el silbato de una locomotora marcó un antes y un después: el tren del Ferrocarril Sud se detuvo por primera vez en Lomas de Zamora. Desde entonces, Lomas, Banfield y Temperley quedaron unidas a la Capital Federal, iniciando una transformación que cambiaría para siempre el Sur bonaerense.
En marzo de 1864, la compañía había inaugurado la Estación Central en Plaza Constitución con un objetivo ambicioso: llegar a Chascomús. Más de 1.500 obreros trabajaban en la construcción de la línea. Un año después, el tramo de 77 kilómetros hasta Jeppener estaba listo.
El 10 de agosto de 1865, la empresa publicó en el diario El Nacional: “…Deseando satisfacer la ansiedad manifestada por el público, sin entorpecer la pronta construcción del Ferrocarril del Sud, se ha tomado medida para la conducción de pasajeros y carga por los trenes que llevan materiales para la línea. Este servicio comenzará el día lunes 14 del corriente mes, será diario…”, según lo cita el historiador Carlos M. Vignola.
Tal como explica Vignola en Historia de Brandsen, esta medida preveía iniciar todos los servicios —locales, suburbanos y de larga distancia— aprovechando trenes que ya transportaban materiales. Sin embargo, no fue una apertura oficial: faltaban los informes técnicos y el decreto gubernamental. Por eso, no puede considerarse que la línea quedara formalmente inaugurada el 14 de agosto, aunque sí se sabe que ese día —y antes— el tren llegó a Brandsen y Jeppener.
El gerente de la compañía, Eduardo Lumb, ya había anticipado en 1860: “Construiremos un ramal hacia Chascomús, o más adelante si se lo cree conveniente”. El recorrido inicial unía Plaza Constitución con Barracas (hoy Darío Santillán y Maximiliano Kosteki), Lomas, Glew, San Vicente (hoy Alejandro Korn), Domselaar, Ferrari (hoy Brandsen) y Jeppener. Meses después, las vías alcanzaron Chascomús.
Motor para el crecimiento
Según el historiador Mario Justo López, la empresa contaba con ocho locomotoras fabricadas en 1864 por Stephenson and Co., 38 vagones para 1.420 pasajeros, siete para encomiendas y otros para carga. La trocha era ancha (1,676 metros) y el trazado incluía los cruces del Riachuelo y del Samborombón.
La llegada del tren fue clave para el desarrollo de Lomas de Zamora: cuatro servicios diarios paraban en todas las estaciones y el centro comercial se desplazó hacia la zona de la estación, atrayendo más población.
Temperley nació de la insistencia de Jorge Temperley, quien donó terrenos y materiales para construir su estación, inaugurada el 1 de enero de 1871. Banfield, en cambio, surgió en 1873 como parada intermedia entre Lanús y Lomas, en honor al primer gerente del Ferrocarril Sud.
El sur, forjado a vapor
Cada silbato y cada nube de humo del Ferrocarril Sud trazaban en el mapa nuevos pueblos y ciudades. Lomas, Banfield y Temperley crecieron al ritmo de las locomotoras y del empuje de sus primeros vecinos.
Humo negro de locomotora, dibujando en cada estación el inicio de una nueva historia.