
La Secretaría de Salud del Municipio de San Vicente confirmó que la nube de humo generada por el incendio en el polo industrial de Ezeiza ya no afecta al distrito. Tras un monitoreo nocturno y matutino, se descartaron casos de intoxicación o síntomas compatibles con exposición a gases o partículas.
Con esta actualización, se levanta la recomendación preventiva que había sido emitida por riesgo ambiental. El comunicado oficial cierra una etapa de incertidumbre, pero deja abierta una pregunta clave: ¿cómo se articula la vigilancia territorial frente a eventos industriales que exceden los límites municipales?
La explosión en Ezeiza no solo encendió alarmas en el conurbano sur, también reveló la fragilidad de los sistemas de alerta interjurisdiccionales. San Vicente respondió con seguimiento activo, pero sin acceso directo a la fuente del siniestro. ¿Qué protocolos se activan cuando el humo cruza fronteras?
Este episodio podría marcar un precedente para fortalecer redes de monitoreo ambiental entre municipios, con participación comunitaria y transparencia informativa. Porque cuando el aire se vuelve noticia, la salud pública necesita algo más que comunicados: necesita relato, memoria y coordinación.





























