
El Concejo Deliberante de Esteban Echeverría funciona con un Reglamento Interno redactado en 1983, oculto, inaccesible y totalmente desconectado de la realidad actual. Sí, 1983: antes de Internet, antes de los expedientes digitales, antes de cualquier estándar moderno de transparencia.
Por: Marcelo Mazzeo, concejal electo por La Libertad Avanza en Esteban Echeverría
Cuarenta años después, seguimos con una página oficial del Concejo anacrónica, dispuesta exclusivamente para hacerle publicidad al Intendente, sin buscador de ordenanzas, sin acceso a las sesiones y –lo más grave– sin que los vecinos ni siquiera puedan conocer las reglas básicas que rigen el funcionamiento de este Honorable Cuerpo Legislativo. El reglamento que debería ordenar el debate democrático permanece fuera del alcance del público… y muchas veces, incluso de los propios concejales.
Esto no es un descuido: es una forma de gobierno autoritaria y desconectada de los principios de transparencia y publicidad institucional. No publicar el Reglamento Interno es ocultar deliberadamente el mecanismo de funcionamiento del poder, impedir el control ciudadano y mantener un sistema cerrado que ya no tolera la sociedad libre y moderna.
Mientras la Nación exige transparencia, innovación y gobierno abierto, Esteban Echeverría sigue operando con una estructura legislativa digna de los tiempos de una máquina de escribir. Ninguna plataforma online, ningún registro digital, ningún acceso público. Absolutamente nada.
Un Concejo Deliberante que esconde sus reglas y trabaja bajo normas de hace cuatro décadas no está atrasado: está desconectado, opaco y fuera de toda lógica republicana.
Los vecinos merecen instituciones del siglo XXI. Y la modernización del Concejo no es opcional: es una deuda urgente con la democracia local.


































