Manu Chao recorrió, se emocionó y cantó en el potrero donde surgió Diego Maradona. Con el rapero Rayo aka. Big Buda como anfitrión, recorrió el barrio en el que creció Diego Maradona.
De visita en nuestro país, el músico francoespañol José Manuel Arturo Tomás Chao Ortega, más conocido como Manu Chao, visitó Villa Fiorito y recorrió el potrero en el que Diego Armando Maradona dio sus primeros pasos en el fútbol. Según señaló Rolling Stone, el artífice de la visita (y anfitrión de Manu en el barrio) fue Rayo aka. Big Buda, un emblemático rapero que cantó como invitado de Manu en sus dos conciertos en el Estadio Obras.
En el marco de esos shows, Rayo le contó a Manu Chao que antes de viajar al estadio había pasado por la casa natal del Diego para pedirle su bendición. “Lo hago siempre, le pido que me proteja. Diego está con nosotros en todos lados”, dijo y agregó que “sin pensarlo demasiado, se me ocurrió decirle ‘Yo vivo en Villa Fiorito, vivo en la tierra de Dios, donde nació el Diego, dónde está el potrero, donde él vivió sus primeros años antes de mudarse a La Paternal, el barrio de Argentinos Juniors. Me encantaría poder invitarlo y agasajarlo con mi familia, maestro”. Manu lo miró a los ojos y le dijo: “Vuelvo de Rosario y te voy a ver”.
Después de las presentaciones en la Chicago Argentina, Manu volvió a Buenos Aires. El lunes 26, por la mañana, Rayo recibió un llamado de un allegado de Manu avisando que estaban yendo para el barrio. “A las tres horas estaban por acá, Manu y sus músicos, Lucky y Rumbao, junto a Pocho Rocca, de 300 producciones”, cuenta el artista, todavía emocionado.
Manu Chao es fanático y conoció a Maradona. ya desde Casa Babylon (1994) con Mano Negra publicó “Santa Maradona”, un homenaje al fútbol y sobre todo a Diego, y como solista compuso “La vida tómbola” (publicado en La Radiolina, 2007), otro himno en honor al genio del fútbol mundial.
“Manu vino a mi casa y cantó más de 20 canciones en el comedor, para mi mamá y para mi familia. Fue una experiencia inolvidable”, explica Rayo. “Manu Chao es uno de los pocos artistas que heredé de la familia, por parte de Marcela, mi mamá. A ella le gustaba mucho Mano Negra y cuando salió Clandestino, en 1998, le explotó el cerebro. Por herencia, Manu me acompañó en cada momento clave de mi vida, ya sea con Próxima estación: Esperanza o con Radio Bemba, con La Radiolina… que incluso en la época del embarazo de mis hijos [Vittorio y Gina], estuvo muy presente. Fue la música que escucharon mis hijos desde la panza. para mí esto es un flash, porque Manu Chao en mi familia era cultura, era un pilar enorme y, gracias a Dios, el día de hoy se transformó no sólo en un amigo, sino en un integrante más de la familia”.
A pesar del perfil bajo, la presencia de Manu en Fiorito fue una revolución. “Tratamos de ser los más ninja posible. Tratamos de ser lo más sigiloso, lo más silencioso, dejarlo en el contexto más íntimo para que el maestro pudiera disfrutarla la jornada de la mejor manera. Pero generó una revolución increíble al llegar a mi casa, le canto como 20 canciones a mi vieja. No se puede creer la clase de ser humano que es Manu”, se emociona Rayo.
“De ahí nos fuimos al potrero. El estaba muy tranquilo, muy sereno. Pero también muy conmovido. De hecho, se alejó un poquito, se sentó tranquilo, estuvo ahí observando el potrero, filmando. Lo noté conmovido, y eso no tiene precio. Después, empezó a tocar canciones como ‘La vida tómbola’ y ‘Me quedo contigo’ y justo apareció la hija de Goyo Carrizo, el primer compañero de Diego. El amigo que lo lleva a Argentinos Juniors a la prueba con Francis Cornejo. Fue una revolución en el barrio. Todos los que lo veían, le pedían una foto o un videito. Y Manu fue generoso, increíblemente humano. Fue realmente inolvidable”. (Rolling Stone Argentina).