¿Hubo mala praxis en el Hospital Santamarina? A un año de la muerte de Catriel, su familia sigue exigiendo justicia

Se trata del chiquito de 3 años fallecido en el Hospital Santamarina. Para su familia, las causas de la muerte fueron poco claras. Luego de marchas y reclamos para exigir al cuerpo médico y a las autoridades sanitarias a que den una explicación sobre la pérdida, “todo sigue igual”.

Dolor, angustia, incertidumbre y ninguna explicación que dé una respuesta a una pérdida imprevista. Hace ya un año de la muerte de Catriel y su familia no logró aún mitigar lo que se convirtió en un desconsuelo a causa de lo que ellos consideran “una injusticia”.

“Está todo muy parado, todo igual. Los abogados presionan a la fiscal para que suba información al expediente, pero todavía no fuimos citados para declarar y ampliar la primera declaración”, señaló a Data Conurbano Jimena, tía del niño.

“Los dos médicos supuestamente fueron separados del cargo, fue lo que dijo el intendente, pero eso a la familia no nos consta. Así que no se acá seguimos esperando que la justicia actúe.”

Un año y muchas marchas aún en plena pandemia de Covid, en la que familiares, amigos y vecinos unieron tanto el Hospital Santamarina como la municipalidad de Esteban Echeverría y el Polo Judicial y la sensación de no ser oídos.

Catriel era un niño que había llegado a cambiarle la vida no solo a sus padres, Belén y Gabriel, y a su familia, sino a todos quien se cruce con su sonrisa. Sucedió que un malestar despertó la desesperación de todos y fue llevado a la guardia del nosocomio de Monte Grande. Era jueves 28 de mayo. Tenía dolores y fiebre. Los médicos descartaron el coronavirus y lo mandaron a la casa. El viernes siguiente, Catriel se sintió peor, y el paracetamol que le habían recetado, no era suficiente.

Murió ese viernes, en brazos de su madre, luego de notar contradicciones entre los doctores y sin explicación. A la mujer le quedó grabada a fuego la imagen del destrato: “¿Otra vez vos acá, mamá?” (ver: Padres de un chiquito fallecido en la guardia del Santamarina de Monte Grande denunciaron mala praxis).

Hubo denuncias en la Comisaría 1° de Esteban Echeverría y demoras en la entrega del cuerpo y del certificado de defunción que lisa y llanamente se especificaba “paro cardiorespiratorio”. Por intermedio de un pedido de un abogado se pidió un análisis del cuerpo de Catriel y se certificó como causante del desenlace un “shock séptico” y fue en ese momento que supieron la identidad del último profesional que había atendido al chiquito.

«Nadie nos quería decir el nombre de los médicos no sé por qué motivo, y entre papeles pudimos leer los nombres de Paola Raso, que fue la doctora que lo atendió el jueves y que lo diagnóstico mal, y segundo es el de Mario Fernando Quiñoa, ellos dos son quienes están apartados del cargo supuestamente, pero no nos consta», apuntaron desde la familia.

En la causa intervino la fiscal Verónica Cifarelli y María Paula Sagade Sánchez, a quienes les pedían a través de marchas, llamados, mails e intervención de abogados, que identifiquen a los médicos que intervinieron en la “atención” de Catriel y que se los separe del Santamarina.

En conversación con este medio el pasado 17 de junio, la familia confirmó el contacto del intendente Fernando Gray quien llamó a los padres: “No nos aclara nada. Nos había prometido ocuparse del caso, pero no vemos que haya avance. Nos dijo que el médico acusado no estaba trabajando en el hospital mientras que el director, Gabriel Ive, nos dijo que sí. Nos dicen una cosa y luego otra.”

Catriel y la mamá fueron atendidos no solo por Raso y Quiñoa, y creen en la culpabilidad de resto de personal que colaboró en este «abandono de paciente»: «Al parecer para la Justicia no hay sanción, y por parte del intendente tampoco, al menos no tenemos ninguna información sobre eso. A pesar de que lo vieron mal ninguno fue en busca del médico, la enfermera que lo asistió, los recepcionistas que lo reciben, la jefa de guardia. Todos miraron para un costado».

Hoy, a un año, su familia atraviesa los días con tristeza y dolor: “Estamos desanimados, tenemos nuestros días. Hay días que Belén está mal y hay días que está peor y llora, no quiere levantarse y así. Pero bueno uno tiene que hacerse de piedra para seguir por los demás”.

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