Una de las principales cadenas de venta mayorista en Argentina, puso en venta todos sus establecimientos en el país, una acción que refleja las dificultades financieras que enfrenta.
En una decisión que marca un hito en el comercio mayorista argentino, la cadena de supermercados Makro anunció su retirada del país, vendiendo sus 24 sucursales. Esta medida se enmarca en un contexto de recesión económica que afectó seriamente las operaciones de la empresa.
Makro, una de las principales cadenas de venta mayorista en Argentina, puso en venta todos sus establecimientos en el país, una acción que refleja las dificultades económicas que enfrenta.
La empresa, que posee sucursales en Avellaneda, Lomas de Zamora y Quilmes, perteneciente al grupo neerlandés HSV, confirmó a un banco internacional con sede en Argentina el mandato para encontrar un comprador adecuado. Entre los posibles interesados se encuentran tanto actores del sector mayorista como otras cadenas de supermercados.
El grupo privado de los Países Bajos está buscando recaudar al menos 200 millones de dólares por la venta de sus activos en Argentina. Esta decisión no solo marca un cambio significativo para la compañía, sino que también resalta los desafíos que enfrentan muchas empresas extranjeras en el contexto económico actual del país.
Makro, que inició sus operaciones en Argentina en 1988 con una sucursal en Olivos en colaboración con el empresario Francisco de Narváez, fue un jugador clave en el mercado mayorista.
En los últimos años, la cadena había competido con otras firmas nacionales como Maxiconsumo, Diarco, Vital y Yaguar. Sin embargo, la recesión económica tuvo un impacto severo en su capacidad para mantener una presencia competitiva.
La salida de Makro del país no es un fenómeno aislado, ya que la cadena ya había reducido su presencia en América Latina mediante la desinversión en países como Perú, Venezuela y Brasil. La venta de sus activos en Argentina marca otro capítulo en la reestructuración global de la compañía.
A medida que Makro se prepara para cerrar sus operaciones en Argentina, el mercado mayorista y los consumidores locales enfrentarán una notable transformación en el panorama del comercio.
