Con entrada libre y gratuita, la proyección permitirá revivir una de las comedias más recordadas de la cinematografía argentina. La cita tendrá lugar este jueves, desde las 19, en el cine Tita Merello de la Universidad.
Este jueves 5 de diciembre, a las 19, el cine Tita Merello de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) será el escenario para una proyección especial de Esperando la carroza, el emblemático filme dirigido por Alejandro Doria que sigue siendo uno de los más entrañable de la cinematografía argentina. La función, que será de entrada libre y gratuita, promete una experiencia única para los cinéfilos y fanáticos del cine nacional.
La película, un clásico del cine de comedia y drama, se proyectará en la sala del cine universitario, ubicado en Avenida 29 de Septiembre 3901, Remedios de Escalada. El evento no se suspende por mal tiempo o lluvias, y el ingreso será por orden de llegada hasta agotar la capacidad de la sala.
Esperando la carroza narra la historia de Mamá Cora, una mujer de casi ochenta años que vive con uno de sus hijos en un entorno de pobreza. Cuando la familia se reúne para una comida, reciben la noticia de que Mamá Cora se ha tirado a las vías del tren. A partir de esa tragedia, los tres hermanos y sus respectivas esposas comienzan a organizar el velatorio, lo que desata viejas disputas familiares que sacan a la luz las miserias y los secretos de cada uno.
Un clásico con historia
Estrenada en 1985, Esperando la carroza se basa en la obra teatral del dramaturgo Jacobo Langsner, quien la escribió en 1962. En su versión cinematográfica, dirigida por Alejandro Doria, el elenco incluye a grandes figuras como Antonio Gasalla, China Zorrilla, Luis Brandoni y Betiana Blum, quienes encarnan a los miembros de una familia desbordada por las tensiones internas y las contradicciones de su propia realidad.
La película, aunque inicialmente recibió críticas adversas, con el tiempo se fue convirtiendo en un fenómeno de culto gracias a su agudo humor, sus personajes entrañables y sus frases icónicas, como “¡Qué país!”, “yo hago puchero, ella hace puchero, yo hago ravioles, ella hace ravioles” y “Tres empanadas”. Estos diálogos, cargados de un humor mordaz, siguen siendo parte del argot popular, y han consolidado la obra como una pieza esencial del cine nacional.
La trama de la película, que aborda temas como la familia, las tensiones sociales y las desigualdades económicas, encuentra en la comicidad un vehículo para poner de manifiesto las contradicciones y los conflictos que atraviesan sus personajes. Además, la historia se desarrolla en un contexto de creciente disconformidad social, lo que otorga a la película una carga crítica que sigue vigente en la actualidad.
El legado de «Esperando la carroza»
A lo largo de los años, Esperando la carroza se ha mantenido como uno de los títulos más importantes de la historia del cine argentino. Su adaptación a la pantalla grande fue una decisión acertada de Doria, quien supo trasladar la esencia de la obra de Langsner al cine sin perder la mordacidad y el tono grotesco que caracteriza a los personajes.
Con el paso del tiempo, la película ha sido objeto de repeticiones televisivas, proyecciones especiales y versiones teatrales, lo que ha permitido que generaciones de argentinos se acerquen a este relato único. Hoy, Esperando la carroza sigue siendo una obra de culto que no pierde vigencia y sigue tocando las fibras de la identidad nacional.