El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, afirmó hoy que «la salud y la economía no tienen por qué estar desencontradas, las industrias no son fuente de la enfermedad» del coronavirus, y aseveró que su gestión propicia la reapertura de actividades, pero sin actuar «a lo Bolsonaro».
En una entrevista con Télam, Posse ratificó que frente a este «fenómeno evolutivo» su comuna «siempre fue a buscar el foco de contagio, aislar y testear».
Según el intendente, la actividad económica en San Isidro no cayó en los niveles de otras comunas por una serie de factores que responden a su afán por darle a cada actividad (comercio o industria) los protocolos de sanidad y las medidas de bioseguridad.
«Estamos de acuerdo, sí, en que no haya funcionamiento del transporte público de pasajeros», aclaró Posse, quien aseguró que su posición aperturista «no alienta a hacer nada de lo que está prohibido».
«Buscamos restablecer las actividades que no conlleven peligro si se toman los recaudos necesarios. Esto no significa que adoptemos una política que subestime a la enfermedad, como la del presidente de Brasil», Jair Bolsonaro.
«La salud y la economía no tienen por qué estar desencontradas, las industrias no son fuente de la enfermedad y el motor del contagio es el hecho de no cumplir con las medidas de bioseguridad», insistió.
Posse calcula que la actividad en el municipio que gobierna desde 1999 está en la actualidad a un 60% de tiempos normales.
«¿Cómo no voy a propiciar que los chicos salgan a dar una vuelta, sin socializar eso sí, para que pierdan el miedo que se les ha metido? Conozco casos de chicos que no quieren ni asomarse a las puertas de sus casas», contó a esta agencia.
«No me canso de repetir: con los cuidados del caso tenemos que recuperar la libertad y la autonomía», amplió.
Posse concedió que aunque está enclavado en uno de los conglomerados más grandes del mundo (como es el AMBA), San Isidro tiene a diferencia de otros partidos una baja densidad habitacional, lo cual favorecería una política menos restrictiva.
Dijo además sentirse respaldado por la capacidad sanitaria de San Isidro, que cuenta con tres hospitales nacionales y 14 centros de atención primaria. Y relató que si bien fue un hecho sensiblemente menor al coronavirus, en tiempos de la gripe A «no se nos murió un paciente». Ahora, a causa de la actual pandemia, San Isidro contabiliza 48 vecinos fallecidos.
«Tenemos además en la calle puestos móviles de atención y seguimos yendo casa por casa para que nos informen de cualquier síntoma y así evitar nuevos casos. Hemos montado un sistema detectivesco diría para acorralar el virus», apuntó (Télam).
