
Este martes, el gobernador bonaerense Axel Kicillof reabre la mesa paritaria docente con una cita que va mucho más allá de lo salarial. Desde las 10:30 h en el Ministerio de Trabajo en La Plata, los sindicatos nucleados en el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB)—SUTEBA, FEB, UDOCBA, AMET y SADOP—retoman el diálogo con el Ejecutivo en busca de recomponer el poder adquisitivo, golpeado por una inflación que, según estimaciones sindicales, acumula más de 120% desde septiembre de 2023.
Pero la discusión no solo gira en torno a los porcentajes. La convocatoria llega en medio de una visible incomodidad gremial por el cierre de listas legislativas, en las que muchas organizaciones sintieron que el oficialismo les dio la espalda. “La paritaria es importante, pero también queremos discutir participación”, deslizó una fuente sindical off the record.
El clima electoral tensiona la jornada: la reunión con los estatales (Ley 10.430) está pautada para las 12 h e incluye a ATE, UPCN, FEGEPPBA y CICOP. El contraste entre las demandas sectoriales y los alineamientos políticos internos configura un tablero donde los acuerdos salariales podrían ser apenas un primer paso.
En paralelo, los gremios docentes buscan que se reabra también la negociación sobre condiciones laborales, infraestructura escolar y fondos de capacitación, temas que suelen quedar relegados en la urgencia inflacionaria. “No queremos que nos convoquen solo para negociar el índice de aumento. Hay mucho más para discutir si se pretende sostener la calidad educativa”, afirman desde FEB.
La paritaria bonaerense, entonces, se convierte en un espejo de las contradicciones del oficialismo en año de definiciones: ¿puede el gobierno retener el respaldo sindical sin abrir la puja por espacios de poder? ¿Es posible recomponer el salario sin recomponer la confianza?