
Un recorrido por las anécdotas y decisiones clave que moldearon el destino de Lomas de Zamora, revelando su papel inesperado en la historia nacional. Por: Federico Gastón Guerra.
La historia de Lomas de Zamora es un tejido vibrante de hechos y anécdotas que la consolidan como un municipio con una identidad singular. Su andar comenzó oficialmente el 10 de septiembre de 1861, fecha en la que se promulgó la Ley 336, dando origen al partido Judicial de Campaña en las Lomas de Zamora.
Es un dato curioso, señalado por el historiador Carlos Pesado Palmieri del Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora, que el partido fue fundado sin precisar un pueblo cabecera, una situación que se replicó en otras creaciones similares dentro de la provincia de Buenos Aires.
Los primeros cimientos de lo que sería Lomas se remontan al reparto de chacras de 1821, que conformó el asentamiento agrícola inicial. Más tarde, la zona conocida como las «Tres Esquinas», actual avenida Hipólito Yrigoyen y Pereyra Lucena, ya señalaba un pequeño núcleo. Era, según Pesado Palmieri, un caserío tan magro que carecía de edificaciones sobre una de sus esquinas, de ahí su particular nombre.
¿Primera ciudad con luz eléctrica del mundo?
Hoy, el título de «Ciudad Luz» lo ostenta París, pero la historia pudo haber tomado un rumbo muy distinto para Lomas de Zamora. El 13 de octubre de 1887, Gumersindo de la Serna presentó una oferta para implementar el alumbrado público eléctrico en el partido.
De haber sido aceptada, Lomas podría haber sido una de las pioneras a nivel mundial en adoptar esta tecnología revolucionaria.
Sin embargo, el Concejo Deliberante, tras analizar la propuesta, la desestimó. El historiador Norberto Candaosa explicó que la razón principal fue que, en ese momento, «el servicio eléctrico todavía no había sido aceptado por ciudades como Londres, Nueva York y París», lo que refleja el escepticismo y la cautela ante una innovación tan audaz para la época.
La llegada del ferrocarril
Un hito de suma importancia para el desarrollo y la conexión de Lomas de Zamora fue la llegada del Ferrocarril del Sud. El 14 de agosto de 1865, se habilitó el ramal que llegaba hasta Jeppener, marcando un antes y un después para la región.
Con este evento, también se inauguró la primitiva estación «Lomas», sin el «de Zamora» en su nombre original, ubicada a la altura de la calle Pereyra Lucena. La provincia de Buenos Aires había autorizado, mediante Ley, la construcción y explotación de esta línea férrea que uniría Buenos Aires (Constitución) con Chascomús, una iniciativa impulsada por Eduardo Lumb. El impacto de este nuevo medio de transporte fue profundo, transformando radicalmente la vida de sus habitantes.
El periodista Luis Legnani, en su libro Un Lomas que yo he visto, describe vívidamente un viaje en tren desde Capital Federal a Lomas: «El horizonte se recortaba a la distancia, en largos trechos, por un almacén de Ramos Generales o por la clásica pulpería, refugio acogedor y obligado de los pobladores, gauchos y campesinos en su mayoría, que habrán mirado asombrados el paso humeante y veloz del tren que en pocos minutos unía Buenos Aires con su pueblo, cuando ellos necesitaban horas de caballo o de la mensajería para realizar el mismo recorrido».

La escena captura la magnitud del cambio, acortando distancias y rompiendo el aislamiento.
Fútbol argentino
Lomas de Zamora también se postula como un epicentro fundacional para el deporte más popular del país. Juan Luis Stoppini, en su obra Pasado y presente de Lomas de Zamora, afirmó categóricamente que “el fútbol se hizo argentino en Lomas de Zamora».
Según Stoppini, “los primeros partidos se llevaron a cabo en esta localidad, y fueron precisamente estos mismos jugadores quienes, posteriormente, fundarían el emblemático club Alumni”.
Esta afirmación encuentra eco en la investigación de Víctor Raffo y Alfredo Yanes, Un pionero llamado Banfield, donde indican que «en otros textos se sostiene asimismo que los propios ingleses –muchas veces usando este término erróneamente como sinónimos de británicos– jugaron fútbol en Lomas antes de hacerlo en otra parte cualquiera del territorio nacional, incluso la Capital Federal».
La relevancia de Lomas en la historia temprana del fútbol argentino es innegable, evidenciada también por la prensa de la época.
El Diario de Buenos Aires, en una nota del sábado 26 de diciembre de 1903, que analizaba el fervor que el deporte despertaba, mencionaba: «Los aficionados recuerdan con entusiasmo aquellos célebres matches entre Banfield y Lanús, primer jalón plantado en el camino que el clásico juego inglés ha recorrido entre nosotros».
Estos relatos nos muestran a Lomas como un verdadero semillero donde el balompié echó raíces profundas en suelo argentino.
El Zorzal
La noche del 11 de septiembre de 1933 es otra fecha grabada a fuego en la memoria lomense. Ese día, el Teatro Español de Lomas de Zamora se encontraba completamente repleto de gente ataviada con sombreros y trajes, ansiosa por presenciar a Carlos Gardel, el máximo exponente de la música popular de Buenos Aires.
Desde muy temprano, los aficionados comenzaron a ocupar el teatro, listos para que «El Mudo» los deleitara con sus tangos «bien criollos y porteños». La expectación era tal que muchos que no pudieron pagar la entrada o se encontraron con el cartel de «No hay más localidades» optaron por esperar a Gardel en la puerta del teatro, con la única intención de verlo de cerca y tener una historia para contar para siempre.
La audición fue organizada por el Club Atlético Los Andes, y el valor de la entrada se había estipulado en $1,20. A pesar de una noche lluviosa, la magia se hizo presente. En medio de las gotas, un pomposo auto blanco se detuvo, de donde descendieron los guitarristas Barbieri y Riverol, anticipando la esperada aparición del Zorzal.
La visita de Gardel no fue solo un concierto, sino un evento cultural que quedó inmortalizado en la crónica de Lomas de Zamora, demostrando su relevancia en el circuito artístico de la época.
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Lomas de Zamora asoma como un escenario clave en la construcción de la identidad argentina, testigo y protagonista de momentos que van desde la planificación urbana, adopción de tecnologías y el nacimiento de tradiciones deportivas que se sumaron a la visita de iconos culturales.
Sus calles guardan el eco de una historia rica y fascinante, digna de ser contada y recordada.