
La planta, ubicada en el corazón de una zona residencial, vierte residuos químicos a la calle y emite un «polvillo constante». Además, denuncian maniobras peligrosas con autoelevadores frente a un colegio en horarios escolares.
Los vecinos de la intersección de las calles Aguapey y Méndez han agotado su paciencia. Lo que debería ser un barrio residencial se ha convertido en una zona de riesgo ambiental y vial debido a la actividad de una papelera ubicada en Aguapey al 3900, cuya operación parece ignorar todas las normativas municipales de seguridad y medio ambiente.
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— DataConurbano / NET (@DataConurbano) December 17, 2025
Contaminación a cielo abierto
La denuncia más urgente radica en el manejo de los residuos líquidos. Según relatan los frentistas, la empresa vertía originalmente sus desperdicios contaminantes a través de un caño subterráneo bajo la vereda. Sin embargo, ante la obstrucción del mismo, la solución de la firma ha sido largar los líquidos directamente a la calle.
«Deja unos manchones negros que terminamos metiendo en nuestras casas en los zapatos. Es una mugre constante» explicaron los vecinos. A esto se suma un «polvillo constante» que emana tanto de las ventanas que lindan con terrenos linderos como de los extractores industriales del techo, afectando la calidad del aire que respiran las familias de la zona.
Peligro vial frente a un comedor escolar
La logística de la papelera también es un foco de conflicto. Con salidas a las calles De la Peña y Aguilar, los vecinos denuncian que la empresa utiliza la vía pública como playa de maniobras permanente.
Lo más preocupante ocurre en la calle De la Peña, donde operan autoelevadores en plena calzada, incluso en los horarios de entrada y salida de un colegio cercano que cuenta con comedor. «Mueven carga pesada frente a los pibes cuando salen de la escuela, es una tragedia anunciada», señalaron a este medio.
Riesgo de incendio: un «pulmón de manzana» inexistente
La configuración edilicia de la planta es otro punto de alarma. Los galpones forman una «T» que ocupa la totalidad de la superficie, sin dejar el pulmón de manzana obligatorio por código urbano.
A esta irregularidad se suma una denuncia crítica: la supuesta falta de equipos contra incendios adecuados. En una industria que trabaja con material altamente inflamable como el papel, la ausencia de medidas de seguridad representa una amenaza de incendio que podría propagarse rápidamente a las viviendas linderas.
El reclamo a las autoridades
Los habitantes de Monte Chingolo exigen una inspección integral por parte de la gestión municipal de Lanús, a cargo de Julián Álvarez, y de control ambiental. Piden que se verifiquen:
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La habilitación industrial en zona residencial.
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El destino final de los efluentes líquidos.
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El cumplimiento de las normas de seguridad e higiene y protección contra incendios.
«No queremos que la fábrica cierre y se pierdan puestos de trabajo, queremos que trabaje como corresponde, sin envenenarnos ni ponernos en peligro» concluyó uno de los denunciantes.



























