Mientras la Plaza de Mayo desbordaba de banderas, bombos y cánticos, Cristina Fernández de Kirchner reapareció públicamente a través de un mensaje en el que reivindicó su rol político, criticó al gobierno actual y convocó a la militancia peronista a prepararse para lo que viene. Desde su casa en Constitución, donde cumple prisión domiciliaria por la causa Vialidad, la ex presidenta habló de volver, de reconstruir, y de no dejarse doblegar.
En su discurso, grabado especialmente para la jornada, agradeció el acompañamiento popular y celebró el cántico “Vamos a volver” como un símbolo de resistencia: “Eso expresa una esperanza, una necesidad… volver a un país donde se coma, se estudie y se sueñe”, señaló.
La expresidenta apuntó contra el modelo económico actual, al que calificó como “agotado”, y vinculó su condena judicial con una estrategia para apartarla de la vida política. “Podrán encerrarme a mí, pero no pueden encerrar al pueblo argentino”, dijo, y planteó que su compromiso continuará “desde la trinchera que sea”.
La convocatoria, impulsada bajo el lema “Argentina con Cristina”, reunió a dirigentes, sindicatos y organizaciones sociales de todo el país. Según los organizadores, participaron más de un millón de personas.
El mensaje fue reforzado con una breve intervención en vivo, donde CFK reiteró que su principal motivación sigue siendo política: “Tenemos algo que ellos no tienen: memoria, historia, pueblo y patria”.
La jornada, rebautizada por algunos sectores como el “Cristinazo”, marcó un punto de inflexión para el peronismo, que busca reconfigurarse tras la condena a una de sus máximas referentes. La escena dejó en claro que, incluso bajo arresto domiciliario, Cristina Fernández sigue siendo un faro para una parte importante de la militancia.
