Mientras los vecinos esperan gestión, el intendente Fernando Espinoza parece más enfocado en la interna partidaria que en los problemas del distrito. En lugar de asumir el rol que le corresponde, se esconde detrás de la vicegobernadora Verónica Magario para intentar copar nuevamente el PJ bonaerense, como ya lo hizo en el pasado.
Por Gustavo “Tato” Maglio, dirigente peronista de La Matanza
Aquella vez, se fue por la ventana, perdiendo el respaldo de los intendentes por sus modos de patrón.
Hoy, el PJ de La Matanza está cerrado. No se discute, no se convoca, no se organiza. Hace años que muchas afiliaciones que acercamos al histórico local de la calle Matheu nunca fueron procesadas. El partido está clausurado para la militancia, pero abierto para las maniobras.
Ojalá haya elecciones. Que se presenten todos los que cacarean durante el año, pero que después no juntan ni diez avales para competir, como ya les pasó con Quíntela. Porque de esta no se sale con roscas: se sale organizados, desde el peronismo, con conducción real, con vocación de territorio.
La Matanza necesita conducción. Y el peronismo necesita abrir las puertas.
