Mientras el calendario electoral avanza hacia septiembre y octubre, el peronismo bonaerense parece atrapado en una disputa interna que lo aleja de una estrategia concreta para enfrentar los comicios. Las tensiones entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner han dejado en evidencia una ya larga lucha por el liderazgo del espacio, mientras otros sectores intentan abrirse camino con una tercera vía. Por: Sebastián «Tecla» Farias.
Sin embargo, más allá de la pelea interna, el electorado peronista muestra signos de desgaste. La advertencia de Cristina Kirchner en el acto de ayer en Retiro no fue solo un mensaje organizador, sino una lectura política sobre el riesgo de desinflar la base electoral. La exmandataria parece haber tomado nota del resultado en CABA, donde La Libertad Avanza se impuso sobre el candidato peronista Leandro Santoro, lo que refleja una preocupante fragmentación de votantes y el peligro de una baja participación en las urnas.
La disputa entre Kicillof y el kirchnerismo
Desde el cierre del Presupuesto 2025, el desdoblamiento electoral y la suspensión de las PASO, Axel Kicillof ha venido acumulando triunfos parciales en su disputa con el kirchnerismo. A pesar de que sigue dentro del peronismo, ha marcado distancia de CFK y de La Cámpora, lo que le ha permitido consolidar su liderazgo con el respaldo de intendentes que ven en su proyecto una alternativa para el futuro del movimiento.
Entre los dirigentes que han traccionado por Kicillof se encuentra Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda, quien con la agrupación La Eva Perón busca marcar una diferencia con el kirchnerismo y construir un espacio propio. En la otra vereda se encuentra Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes, postulada por el kirchnerismo para el 2027, junto a otros referentes como Julián Álvarez (Lanús) y Federico Otermin (Lomas de Zamora), quienes mantienen una estrategia alineada con la expresidenta.
La tercera vía
Mientras el peronismo se debate entre la disputa de liderazgos, un grupo de dirigentes busca abrir una tercera vía, encabezada por Fernando Gray, Julio Zamora, Juan Zabaleta, Joaquín de la Torre y Guillermo Britos, entre otros. Este sector intenta generar una opción por fuera del kirchnerismo, marcando diferencias con la estructura tradicional del PJ y abriendo la posibilidad de nuevas alianzas.
Sin embargo, con las elecciones provinciales y nacionales en el horizonte, el peronismo enfrenta un dilema: ¿logrará unificarse a tiempo o llegará fragmentado a los comicios? La falta de una estrategia clara parece favorecer a la oposición, que avanza con acuerdos y definiciones mientras el peronismo sigue inmerso en su propia liturgia política.
LLA y el PRO: letra chica
Mientras el peronismo debate su identidad, la oposición ha avanzado en la construcción de un nuevo esquema electoral. La reciente habilitación de un acuerdo entre La Libertad Avanza de Javier Milei y el PRO en la provincia de Buenos Aires busca consolidar un frente opositor fuerte. Aunque aún no se conocen los detalles de la «letra chica» de esta alianza, su impacto podría ser significativo en el escenario electoral y probablemente haya dirigentes que «se saquen las camisetas» con el peligro de una «picada de boleto» post electoral en sus espacios de origen.
¿Y la UCR?
A todo esto, la Unión Cívica Radical (UCR) también atraviesa un período de incertidumbre. Sin un horizonte claro, el partido se encuentra dividido entre sectores que buscan una identidad propia y otros que evalúan alianzas estratégicas de cara a las elecciones.
Por un lado, Facundo Manes lanzó su nuevo espacio político, «Para Adelante», con la intención de consolidar una tercera vía, diferenciándose tanto del oficialismo libertario como del kirchnerismo. Su propuesta pone el foco en la educación y el desarrollo sostenible, apelando a sectores desencantados del radicalismo y del peronismo no kirchnerista.
Por otro lado, Maximiliano Abad, líder del radicalismo bonaerense, intenta mantener la cohesión del partido, aunque las tensiones internas y la falta de una estrategia electoral clara han generado incertidumbre sobre el futuro de la UCR en la Provincia. Mientras algunos sectores ven viable una alianza con La Libertad Avanza y el PRO, otros insisten en preservar su autonomía y fortalecer su presencia en el interior bonaerense.
Con este escenario, es evidente un repliegue correligionario en sus bastiones históricos bonaerenses, sin definir aún si se sumará a la coalición opositora o buscará consolidar su propio espacio de poder, siendo que aún a hoy se sienten esquirlas de las internas de octubre del año pasado.
Liturgia o estrategia
El peronismo bonaerense parece atrapado en una dinámica en la que los actos políticos refuerzan la identidad del movimiento pero no resuelven su crisis interna. Mientras tanto, Cristina Kirchner advierte que el espacio se está desviando del verdadero foco: conectar con la gente.
La exmandataria reconoció la llegada de una nueva generación electoral que ve en el espectro libertario una alternativa a una realidad que duele, especialmente en las periferias. También alertó sobre la posible baja participación electoral, lo que podría afectar la capacidad del justicialismo de movilizar su base en los próximos comicios.
Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires el ausentismo podría no ser tan alto, lo que abre un margen de acción para la dirigencia peronista (ver Preocupante baja participación electoral: ¿Desinterés o crisis del debate político?)
