Se tata del organismo encargado de controlar la contaminación y el ambiente en la zona de la cuenca. Según señalaron, aún no hay novedades para que ACUMAR vuelva a operar ya que estaría afectada por la «motosierra» del gobierno.
«Durante los últimos temporales a la gran caída de agua había que sumar el hecho que lo acumulado no se iba y eso tiene que ver con que las cañerías que van a los arroyos no daban abasto. Parte de eso tiene que ver la falta de limpieza y hoy descubrimos que hay mucha mugre acumulada que sigue impidiendo que circule agua. Si viene otra tormenta, parte de Esteban Echeverría y Lomas de Zamora se va a inundar nuevamente», indicó un vecino de la localidad de 9 de Abril quien se acercó durante el mediodía de este jueves a la desembocadura del arroyo Santa Catalina en el Matanza – Riachuelo y descubrió que se encuentra tapado por la basura que efectivamente evita que corra afluente alguno.
Justamente, además de la tarea de prevención de los municipios en torno a la limpieza y desmalezado de arroyos y bocas de tormenta, vecinos de barriadas como San Carlos, San Sebastián, Santa Catalina, Olimpo señalaron a Data Conurbano que hasta meses atrás era moneda corriente observar cuadrillas de trabajo dependientes de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) pero ya ni se ven.
«Se solían ver cuadrillas realizando el trabajo de prevención en torno a la limpieza. No se las vieron más. Antes había unas cooperativas pero no sabemos si siguen.»
De acuerdo a lo informado, la gestión de ACUMAR, que intervenía en el territorio de la cuenca en coordinación con las intendencias, «se fue retirando de a poco».
La conducción, que sostenía Martín Sabbatella y que bajo su tutela el organismo fue «ocupado» casi en su mayoría por personal identificado con el espacio político K, Nuevo Encuentro, hoy corre la suerte que designe el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo.
En ACUMAR, ya en periodo de la gestión de Javier Milei, fue designado Lucas Martín Figueras como presidente de la entidad, pero el organismo estaría «freezado». Según lo auditado, aún se encuentra en discusión el paso de la «motosierra» que significaría la ampliación de los despidos que viene ejecutando el estado.
Si bien se comenta que los despidos «ya están ocurriendo» en ACUMAR, llama la atención que una entidad con fuerte presencia territorial abandonó las áreas estratégicas sin explicación, ya que durante el último tiempo la cuestión climática estuvo en boca de todos, incluyendo la de infraestructuras, y ni hablar con la pérdida de una pata crucial en la mesa en la que se sientan los referentes de los Foros Hídricos del conurbano.
Ya con la obra pública fuera de juego, el trabajo de saneamiento y limpieza para la prevención y evitar inundaciones como las que se registraron semanas atrás, hace indispensable la necesidad que ACUMAR vuelva a la región y se haga presente con cuadrillas de trabajo y continuar con campañas para preservar al máximo los afluentes.
