
Un hecho tan insólito como inquietante sacudió la madrugada de Avellaneda: un hombre robó una barbería mientras su pareja y su hija menor lo esperaban en la puerta, cumpliendo el rol de “campana”.
El episodio ocurrió en un local de estética capilar, donde el delincuente forzó la entrada y se llevó herramientas de trabajo valuadas en más de 700 mil pesos: clippers, trimmers, shavers, un secador de pelo y el dinero de la caja registradora. En su intento por llevarse también un televisor, terminó rompiéndolo antes de huir.
Una escena que incomoda
La presencia de la niña en el operativo delictivo no solo suma un componente insólito, sino que expone una realidad más cruda: la naturalización del delito en entornos familiares. La policía analiza las cámaras de seguridad para identificar al autor, mientras crece la preocupación por el uso de menores en hechos delictivos.