La frialdad de la delincuencia volvió a golpear. Luisa Vicenta Caporalini, una jubilada de 89 años, fue asesinada en su vivienda de Longchamps en un hecho que estremece por su crueldad y por el insólito botín que se llevó el atacante: cuatro pollos, algunos cortes de carne y un celular.
Un ataque vecino
El principal sospechoso no era un extraño. Tras una rápida investigación policial, se logró la detención de un hombre identificado como Jawniuk, quien resulta ser vecino de la víctima. Según los primeros reportes, el agresor habría aprovechado su cercanía y el conocimiento de los movimientos de la mujer para ingresar a la finca.
El hallazgo del cuerpo de Luisa fue el inicio de una pesadilla para la familia y el barrio. La brutalidad del ataque contra una persona de avanzada edad dejó a los peritos consternados por la saña empleada para un robo de tan escaso valor material.
La prueba del delito: el freezer del sospechoso
La clave para resolver el caso de manera casi inmediata estuvo en el allanamiento de urgencia realizado en la casa del sospechoso. Allí, la policía encontró elementos que no dejaron lugar a dudas:
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Los cuatro pollos y los cortes de carne vacuna robados de la casa de la víctima.
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Los alimentos fueron identificados por una empleada de Luisa, quien reconoció los envoltorios y la forma específica en que la jubilada organizaba sus compras.
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También se habría recuperado el teléfono celular de la mujer.
Un historial de impunidad
Lo que más indigna a la comunidad es que el detenido no era un desconocido para la justicia. Jawniuk contaba con un prontuario por robo agravado desde el año 2018. Más grave aún, pesaba sobre él una restricción de acercamiento vigente desde mayo de 2024, lo que evidencia que el sistema no pudo prevenir que un delincuente con antecedentes conviviera pared de por medio con una mujer vulnerable.
La causa ha quedado a cargo de la fiscalía de turno de Lomas de Zamora, bajo la carátula de «Homicidio en ocasión de robo».
