Christian tiene 27 años y hasta ayer jamás lo habían asaltado. Pero el debut fue brutal: fue abordado por motochorros mientras llevaba a su hijo de 7 años en moto por las calles de Bernal Oeste. El robo no fue solo un golpe material. Fue un episodio que marcó con miedo —y resignación— a un padre que solo intentaba llegar a casa.
#POLICIALES Motochorros atacan a hombre que viajaba con su hijo menor en Quilmes https://t.co/GTCZWpJwY6 pic.twitter.com/vJhulG3ilp
— DataConurbano / NET (@DataConurbano) August 6, 2025
El hecho ocurrió en Misiones y Álvarez, una intersección conocida por los vecinos por la frecuencia de robos. Según contó el propio Christian, los delincuentes lo amenazaron a punta de pistola y exigieron la moto. “Primera vez en mis 27 años… un día me tenía que tocar”, publicó en sus redes tras el robo, aún conmovido.
Pero lo más inquietante no fue el robo en sí: fue el intento desesperado de proteger a su hijo de la violencia. El nene, que apenas unas horas antes había vivido otro hecho de inseguridad, fue nuevamente testigo de una escena que debería ser ajena a su infancia. “Cuídense, que la calle está peligrosa y los rastreros no tienen ni códigos”, advirtió Christian en su publicación.
Aunque más tarde logró recuperar la moto, el celular sigue sin aparecer. Lo que tampoco volvió es la sensación de seguridad. En Bernal Oeste, como en tantas otras zonas del conurbano, la inseguridad dejó de ser noticia aislada y se convirtió en relato cotidiano. Y mientras los vecinos reclaman medidas, los niños crecen aprendiendo que la calle puede ser una amenaza.
