
Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, fue capturado en Perú tras permanecer prófugo por el triple femicidio de Florencio Varela. En su traslado, lanzó una frase que abre grietas en la investigación: “Me echaron la culpa nomás, nosotros no matamos a nadie”.
La escena fue breve pero cargada de tensión. Custodiado por agentes peruanos, Pequeño J fue interceptado en un camión en Pucusana, al sur de Lima. Al descender, con la mirada esquiva y el cuerpo rígido, soltó dos frases que ya circulan en medios y redes:
“Me echaron la culpa nomás”
“Hay que encontrar al culpable, yo no tuve nada que ver”
#POLICIALES “Me echaron la culpa nomás”: la primera declaración de Pequeño J tras su detención en Perú https://t.co/qETCFCdut8 pic.twitter.com/bQNHxAFrxa
— DataConurbano / NET (@DataConurbano) October 1, 2025
Las palabras resuenan como un intento de desligarse del crimen que conmocionó al conurbano: el asesinato de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, tres jóvenes cuyos cuerpos fueron hallados en una vivienda de Florencio Varela, en lo que se presume fue un ajuste narco transmitido en vivo.
¿Negación o estrategia?
La frase de Pequeño J puede leerse como una estrategia defensiva, pero también como parte de una narrativa más amplia: la del sicario que se presenta como víctima de una estructura mayor. Su entorno familiar ya estaba marcado por la violencia: su padre fue asesinado en 2018, y desde entonces, según fuentes judiciales, el joven habría escalado posiciones en el entramado narco local.
Un mapa de fugas y silencios
La detención en Perú revela la dimensión transnacional del caso. ¿Cómo llegó hasta allí? ¿Quién lo protegía? ¿Qué redes permitieron su fuga? Las preguntas se multiplican, mientras la justicia argentina prepara su extradición.