
El clásico rioplatense fue también la primera transmisión radial de un partido de fútbol en Argentina, una experiencia que permitió los aficionados seguir la emoción del encuentro a través de los parlantes. Por: Federico Gastón Guerra.
El clásico rioplatense de 1924 no solo fue la revancha contra el campeón olímpico: fue también la primera transmisión radial de un partido de fútbol en Argentina, un experimento que permitió a miles de aficionados seguir la emoción del encuentro a través de los parlantes.
El 2 de octubre de 1924 marcó una fecha inolvidable en la historia del fútbol argentino: la Selección Nacional derrotó al campeón olímpico, Uruguay, en el estadio de Sportivo Barracas. Este encuentro fue la revancha de un 1 a 1 que se había disputado en Montevideo unas semanas antes. Aquel triunfo por 2 a 1 en Buenos Aires fue un pasó a la historia por dos hitos: la primera transmisión radial de un partido de fútbol en Argentina y la conversión del primer «gol olímpico» de la historia, anotado por Cesáreo Onzari.
Pero antes de que la selección argentina lograra aquella memorable victoria 2 a 1, requirió una preparación intensa. Es aquí donde el Club Atlético Temperley se convierte en protagonista de esta historia centenaria.
Amistoso clave
1924 fue un año extraordinario para el Celeste. El club había inaugurado su actual estadio, el Alfredo Martín Beranger, en abril, y estaba realizando la mejor campaña de su historia en Primera División, clasificándose segundo detrás del campeón Boca Juniors. Por esos días, Temperley era considerado un «cuadro duro».
Aprovechando la fortaleza del equipo del Sur, la Selección Argentina utilizó al Celeste para su entrenamiento final antes de enfrentar a Uruguay. Escribí en Temperley Histórico, revista del Departamento Histórico y Museo del club, que el 17 de septiembre de 1924, el combinado nacional, que se preparaba para disputarle la serie a los uruguayos, se enfrentó al primer equipo de Temperley en un match de entrenamiento en la cancha de Sportivo Barracas.
Según las crónicas, el partido se jugó sin público, por una «resolución especial del consejo superior». La selección, que formó con figuras como Tesorieri y Onzari, venció a Temperley por un ajustado 1 a 0. El único tanto fue convertido por Fortunato a los 10 minutos del segundo tiempo.
Este encuentro fue el último preparativo de la Selección Argentina. Tras el partido, los componentes del equipo local se embarcaron esa misma noche del 18 de septiembre de 1924 rumbo a Montevideo para el primer enfrentamiento contra los campeones olímpicos, el cual culminó 1 a 1.
Así, el Club Atlético Temperley no solo fue un animador de la Primera División en 1924, sino que también dejó su huella en la historia grande del fútbol nacional, sirviendo como el riguroso sparring que la Selección necesitaba para alcanzar la gloria y la leyenda del primer gol olímpico.
La Radio
La primera transmisión radial de fútbol en el país, a cargo de LOR Radio Argentina, fue un «gran experimento del año ’24». Escribí en la Revista TODO ES HISTORIA que para el clásico rioplatense en Sportivo Barracas, los pioneros se instalaron en una tarima improvisada sobre uno de los vestuarios.
Utilizaron tres micrófonos para capturar tanto la narración (una «simple descripción de las incidencias del juego») como el bullicio de los aficionados. Este esfuerzo marcó el inicio de la relación entre el fútbol y la radio, permitiendo que la emoción llegara a los fanáticos a través de los parlantes.




























