La irrupción de la pandemia del coronavirus agravó considerablemente la crisis económica. Las medidas adoptadas por parte del gobierno nacional con el objetivo de reducir la velocidad de los contagios afectaron de sobremanera la actividad económica. En este escenario, ante la imposibilidad de colocar deuda en el mercado de capitales local en buena parte del año 2020, la emisión monetaria emergió como la única vía para financiar los gastos destinados a mitigar las consecuencias del aislamiento social preventivo y obligatorio sobre el conjunto de la economía. Dado que las restricciones a la circulación se flexibilizaron como consecuencia de la disminución de los decesos y contagios, las fuerzas productivas comenzaron a ganar intensidad con implicancias positivas sobre la recaudación tributaria, al mismo tiempo, que el financiamiento vía emisión monetaria se redujo conforme a la reactivación de la actividad económica. De igual modo, la estabilización macroeconómica llevada adelante durante el año pasado posibilitó el acceso al mercado de capitales local, lo que redundó en una menor necesidad de asistencia al tesoro nacional a través del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Por consiguiente, la consolidación de la recuperación económica y el trabajo realizado para sanear las finanzas públicas por parte de la actual administración nacional permitió que el nivel de incertidumbre con respecto al mediano plazo se reduzca. Al mismo tiempo, que las expectativas de los agentes económicos experimentaron una notable mejoría a causa de las perspectivas de recuperación realizadas por diferentes organismos nacionales e internacionales.
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