El actor falleció un 5 de julio de 1980. Filmó casi 80 películas y actuó en teatro. Pieza clave de Radio El Mundo.
Por: Federico Gastón Guerra*
Otros tiempos, otra radio. Enrique Telémaco Susini, Augusto Codecá, Chispazos de Tradición, El teatro Palmolive del aire, Los grandes del buen humor, Niní Marshall, Pepe Iglesias, Tito Martínez Delbox, Borocotó, Frascara y… los jingles de Cafiaspirina, aceite Ricoltore, Kolinos, fijador para el cabello Glostora, Wincofon, polvo limpiador Vitrolux…Grandezas de la radiofonía.
Y en esa mezcla milagrosa de voces y genialidades aparece Felipe. Felipe, simpático personaje que hacía reír y llorar. Emocionaba escuchar su voz. Tipo humilde, bueno, ingenuo y pícaro. Un pícaro de los ’50, claro.
Regueros de palabras pueden escribirse sobre Felipe. Años en el aire de Radio El Mundo, miles de libretos y cientos de historias ciudadanas. Tiempos de la Argentina en la que se pensaba en el progreso, en el mañana. La cita era obligada, el humor estaba descontado y la emoción también.
Luis Sandrini y no está entre nosotros. Nació el 22 de febrero de 1905, en San Pedro, provincia de Buenos Aires y nos dejó el 5 de julio de 1980.
“Comenzó su formación humorística a muy temprana edad influenciado por su padre, actor de circo de una compañía, y sus comienzos fueron como payaso. A los dieciocho años, con un título de maestro, decidió mudarse a Buenos Aires y comenzó a trabajar en el Circo Rinald”, se lee en el portal del Museo Casa Rosada https://www.argentina.gob.ar/secretariageneral/museo-casa-rosada/iconos-argentinos/sandrini
Estará para siempre Sandrini junto a Felipe. Y entre los dos compartirán anécdotas de lo vivido juntos: de amores y romances, de historias e historietas. La radio los necesita. Si hasta parece pedirles que vuelvan. Luis Sandrini a escribir un libreto y Felipe a interpretarlo. El cine también aclama por ellos…
En cine
Al comienzo de los treinta se incorporó a la compañía teatral de Muiño y Alippi. Allí fue parte de obras de circo criollo e inició sus primeras piezas teatrales.
En 1933, en la obra Los tres berretines, personificó a «El Eusebio» y obtuvo, así, su primer éxito. Ese mismo año, filmó la primera película sonora del cine nacional: ¡Tango!, junto a Pepe Arias, Tita Merello, Libertad Lamarque y Azucena Maizani, bajo la dirección de Luis Moglia Barth, se lee en la web del Museo de Casa Rosada.
Fue una de las carreras cinematográficas más extensas del cine nacional. Filmó setenta y ocho películas a que incluyen algunas realizadas en México y España. Su máxima fue su faro: «Es muy difícil repartir humor, buen humor, no siendo feliz».
*el autor es periodista, escritor e historiador
