Cortázar: “Mi familia en Banfield era la única del barrio que lucía una radio”

Como un recuerdo por los 101 años de la radio va esta anécdota. Así describió el escritor de Rayuela a su lugar de infancia donde vivió desde los 4 hasta los 17 años.
Por: Federico Gastón Guerra*

“Yo tenía nueve años, vivía en el pueblo de Banfield, y mi familia era la única del barrio que lucía una radio, caracterizada por una antena exterior realmente inmensa, cuyo cable remataba en un receptor del tamaño de una cajita de cigarros pero en el que sobresalían brillantemente la piedra de galena y mi tío, encargado de ponerse los auriculares para sintonizar con gran trabajo la emisora bonaerense que retransmitía la pelea”.

Julio Cortázar describe así en El Noble Arte, la escucha desde el Sur de la denominada “pelea del siglo”, el combate de box del 14 de septiembre de 1923 por el título mundial de peso completo entre el argentino Luis Ángel Firpo y el estadounidense Jack Dempsey, quien se alzó con una muy polémica victoria.

Cortázar asistió, según sus palabras, desde El Sur bonaerense “al nacimiento de la radio y a la muerte del box”, evocando a aquella pelea que “fue nuestra noche triste; yo, con mis nueve años, lloré abrazado a mi tío y a varios vecinos ultrajados en su fibra patria”.

Aquellas voces entrecortadas y ruidosas llegaban a cada hogar y se metían como flechas en los pocos receptores que había en Buenos Aires. Y así las palabras y la música comenzaban a ser parte del aire, y nadie entendía demasiado esa especie de magia nueva que atravesaba muros de concreto sin ser vista.

El escritor de Rayuela nació en Bruselas, Bélgica, un 26 de agosto de 1914. Ya a los 4 años llegó a tierras argentinas para vivir hasta los 17 “en uno de los suburbios de Buenos Aires que nosotros pronunciamos Banfield pero que tiene un nombre inglés que corresponde a uno de los muchos ingenieros que construyeron el sistema ferroviario argentino, eso lo hicieron los ingleses”.

“Entonces le ponían los nombres de sus personas importantes. La estación que seguía a la mía se llamaba Temperley. De modo que había momentos en que uno podía creerse mucho más en Inglaterra que en la Argentina”, detalló en el programa «A fondo» en una entrevista que le realizó Joaquín Soler en España, en 1977.

Terraza
El 27 de agosto de 1920 Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica dieron inicio a la radiofonía argentina cuando transmitieron la ópera Parsifal desde la terraza del Teatro Coliseo.

En las décadas de 1920 y 1930 la programación era entre conciertos, obras de teatro, un poco de humor con el dúo Buono Striano y algún que otro Boletín Sintético bajo el auspicio de Cafiaspirina o aceite Ricoltore.

Esa fue la primera transmisión radiofónica (integral y completa) de un programa de radio, realizada por los cuatro radioaficionados que pasaron a la historia como los Locos de la Azotea, describe la agencia TELAM.

En El Noble Arte precisó que “después la radio se perfeccionó rápidamente, aparecieron los altavoces, las lámparas, y esas palabras que eran la magia de mi infancia”.

Y desde aquellos receptores todo se imaginaba. Ahí en medio de tantas pasiones juntas que desafiaban a no moverse por horas. Un lugar en el que cabían todos los lugares. La vida pasaba por esas Capillas instaladas en el living. Ya en 2021 la radio puede escucharse desde casi cualquier formato pero están intactas las locuras y las ganas de aquellos locos de la azotea.

Lo concreto es que aquellos años banfileños de Cortázar, según él cercanos a Temperley, fueron entre con cronopios, famas, esperanzas y rayuelas para saltar al cielo. Todo musicalizado por Charlie Parker sonando en algún parlante de radio…

*el autor es periodista, escritor e historiador

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